Spacecom Satellite Communications Ltd. (TASE: SCC) ha pedido al Ministerio de Comunicaciones aclaraciones sobre la transferencia del control de la empresa a la compañía húngara 4iG. Esto se produce después de que los medios de comunicación hayan informado de que los funcionarios del Ministerio de Defensa de Israel están decididos a impedir que se complete el acuerdo, debido a las conexiones de la empresa húngara y sus propietarios, pasados y presentes, con el primer ministro húngaro Viktor Orban.
Spacecom opera los satélites israelíes Amos, por lo que la transferencia del control de la empresa requiere la aprobación de su regulador, el Ministerio de Comunicaciones. Sin embargo, el propio Ministerio de Comunicaciones suele consultar a los distintos organismos de seguridad antes de aprobar la transferencia de control en una empresa como Spacecom.
Desde que se hicieron públicas las reservas del Ministerio de Defensa a principios de esta semana, Spacecom no ha tenido ningún acercamiento del Ministerio de Comunicaciones, por lo que la empresa decidió tomar la iniciativa. Los funcionarios de Defensa con los que habló Globes no tenían ningún comentario que hacer al respecto.
La semana pasada, Spacecom informó de que el acuerdo de inversión con 4iG había obtenido una amplia mayoría en su junta general de accionistas. La aprobación del Ministerio de Comunicaciones y de los tenedores de bonos de la empresa parecían ser los dos principales obstáculos que quedaban en el camino para completar el acuerdo.
Representantes de la empresa compradora han acudido recientemente a Israel para reunirse con las partes pertinentes, y los informes sobre la oposición al acuerdo en el Ministerio de Defensa son consecuencia de estas reuniones.
Spacecom se basa actualmente en contratos a largo plazo con gobiernos, agencias de seguridad, operadores de televisión multicanal, proveedores de servicios de telecomunicaciones y canales de radiodifusión. Sus dos principales clientes son el Gobierno de Israel y la cadena de televisión Yes, que representaron respectivamente el 33 % y el 25 % de sus ingresos en 2020.
Sin embargo, se espera que el acuerdo con Yes llegue a su fin a más tardar en febrero de 2026, ya que Yes pasa de la difusión por satélite a Internet. Mientras tanto, el gobierno israelí ha decidido comprar un satélite de comunicaciones, que está siendo construido por Israel Aerospace Industries.
El satélite, llamado Dror 1, está previsto que se coloque a 4,5 km al oeste, y el año pasado fue responsable del 73 % de los ingresos de Spacecom en virtud de contratos con el gobierno (24 % de sus ingresos totales). Actualmente, no está claro cuándo se lanzará Dror 1, pero debería ocurrir dentro de unos años.
Mientras tanto, el gobierno no ha renovado los contratos con Spacecom para este punto del cielo más allá de la vida útil prevista del veterano satélite Amos 3. Spacecom se encuentra así entre el martillo y el yunque. Ha sufrido un golpe importante por la decisión del gobierno de transferir sus futuros contratos de comunicaciones al satélite Dror 1, mientras que al mismo tiempo tiene dificultades para conseguir inversiones de inversores extranjeros.
El precio de las acciones baja un 24 %.
El acuerdo entre Spacecom y 4iG se dio a conocer en junio de este año. En una notificación a la Bolsa de Tel Aviv, Spacecom dijo que había firmado una carta de intenciones no vinculante para la venta del control a 4iG de Hungría.
La carta establecía que Spacecom asignaría el 51 % de sus acciones a la empresa húngara a cambio de una inversión en efectivo de 215 millones de NIS. Cuatro meses después, Spacecom informó de que ambas partes habían firmado un acuerdo vinculante, según el cual 4iG invertiría 221 millones de NIS a cambio de la asignación de acciones.
El precio de las acciones en el acuerdo se fijó en 8,5 NIS, valorando a Spacecom en 205 millones de NIS antes del dinero y 428 millones de NIS después del dinero. El precio actual de las acciones de Spacecom es de 5,33 NIS, lo que da a la empresa una capitalización bursátil de solo 130 millones de NIS, tras un descenso del 24 % desde mediados de junio.
El acuerdo de inversión también estipulaba que cuando se completara la operación, cuatro de los cinco directores habituales de Spacecom dimitirían, para ser sustituidos por cinco directores en nombre de 4iG, lo que les convertiría en mayoría en el consejo y facilitaría el control práctico de la empresa.
Entre la firma de la carta de intenciones y la firma del acuerdo vinculante, Spacecom mantuvo conversaciones con representantes del Ministerio de Comunicaciones, que no descartaron la aprobación de la operación ni indicaron ningún problema particular con ella.
También hay que tener en cuenta que Spacecom opera bajo una licencia del Ministerio de Comunicaciones, que fue modificada en 2015, y que establece oficialmente que la empresa puede tener un accionista de control extranjero. A primera vista, pues, el acuerdo depende únicamente de la comprobación de la identidad de la empresa adquirente y de quienes la dirigen.
4iG es una empresa pública húngara que cotiza en la Bolsa de Budapest. Se dedica a las tecnologías de la información y las comunicaciones, y está controlada por Jászai Gellért. La dirección de Spacecom dijo en el momento de la operación que esta reforzaría y ampliaría la actividad de la empresa en Europa Oriental y Central, y generaría sinergias con las distintas empresas del grupo 4iG.