Una organización internacional que vigila y establece directrices de protección contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo añadió el jueves a Turquía, Jordania y Mali a su lista de vigilancia.
La “lista gris” del Grupo de Acción Financiera, con sede en París, exige un mayor escrutinio de las operaciones financieras en los tres países, que han aceptado trabajar en las recomendaciones del grupo. La inclusión en la lista puede ahuyentar a los inversores y acreedores, perjudicando las exportaciones, la producción y el consumo. También puede hacer que los bancos mundiales desconfíen de hacer negocios con un país.
El GAFI también anunció una nueva estrategia para combatir la corrupción a través de empresas ficticias u otras entidades anónimas. El grupo dijo que las normas propuestas obligarían a los países a crear un registro en el que figurara quién es realmente el propietario de una empresa, que debería verificarse y actualizarse en el plazo de un mes.
“Las propuestas cerrarán las lagunas y las debilidades normativas que durante demasiado tiempo han permitido utilizar las empresas ficticias como tapadera de actividades delictivas o para ocultar la riqueza a las autoridades fiscales”, declaró el Presidente del GAFI, Marcus Pleyer.
Las normas propuestas siguen a la reciente publicación de los “Pandora Papers” por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación. Ese informe arroja luz sobre los negocios financieros de la élite y los corruptos y cómo han utilizado cuentas en paraísos fiscales para ocultar billones de dólares en activos.
Se espera que las normas se adopten en una reunión en febrero del GAFI, formado por 37 países miembros, entre ellos Estados Unidos, y dos grupos regionales, el Consejo de Cooperación del Golfo y la Comisión Europea.
Con la incorporación de Turquía, Jordania y Mali a la lista de vigilancia y la salida de Botsuana y Mauricio de la misma, se considera que 23 países solo cumplen parcialmente las normas internacionales de lucha contra la financiación del terrorismo y el blanqueo de capitales.
Pakistán es uno de ellos. El país ha “hecho buenos progresos”, dijo Pleyer, con cuatro de los siete puntos de su plan de acción abordados. Pero el país aún tiene que trabajar para salir de la lista, dijo.
Un grupo de reflexión independiente con sede en Pakistán, Tabadlab, estimó que le ha costado a la economía del país 38.000 millones de dólares desde que fue incluido en la lista gris en 2018.
Pleyer dijo que Turquía “necesita demostrar que está abordando efectivamente los casos complejos de lavado de dinero” y “priorizando los casos de organizaciones terroristas designadas por la ONU, como [el grupo Estado Islámico] y Al Qaeda”.
La inclusión en la lista es un nuevo golpe para Turquía, que ya está inmersa en una crisis económica. Su moneda, la lira, se desplomó hasta un mínimo histórico frente al dólar estadounidense el jueves, tras un fuerte recorte de los tipos de interés.
Corea del Norte e Irán siguen siendo los dos únicos países incluidos en la lista negra de alto riesgo del GAFI. Esta designación significa que las transacciones financieras internacionales con estos países son objeto de un minucioso escrutinio, por lo que resulta caro y complicado hacer negocios con ellos. Los acreedores internacionales también pueden restringir los préstamos a los países de la lista negra.