El Líbano sigue siendo un campo de batalla entre Israel y los terroristas palestinos, medio siglo después de una famosa incursión de las FDI que marcó un cambio en la región.
La audaz incursión de 1973
El 10 de abril de 1973, un comando israelí dirigido por Ehud Barak, quien luego se convertiría en Primer Ministro de Israel, llevó a cabo una audaz incursión en Beirut, asesinando a tres altos cargos de la OLP. La operación dejó atónitos a los libaneses y marcó el comienzo de una nueva era de intervenciones en Líbano por parte de potencias regionales.
La incursión fue en represalia por el asesinato de 11 atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972 y demostró la habilidad y audacia del equipo israelí para llevar a cabo operaciones encubiertas en territorio enemigo.
Los asesinatos avivaron las divisiones entre libaneses, contribuyendo a la crisis política que llevaría a la guerra civil de 1975-1990, durante la cual Israel invadiría y ocuparía parte del Líbano.

Hezbolá y el conflicto actual
Desde el final de la guerra civil, el grupo terrorista chií Hezbolá, apoyado por Irán, ha emergido como el principal adversario de Israel en Líbano. La guerra de 2006 entre Israel y Hezbolá causó una gran destrucción en Líbano, especialmente en el sur.
Las facciones palestinas también siguen presentes en la región. La semana pasada, Israel culpó al grupo terrorista palestino Hamás de lanzar una salva de cohetes contra su territorio, lo que llevó a represalias israelíes con ataques aéreos en Líbano.
Políticos libaneses, que en el pasado fueron enemigos acérrimos de los combatientes palestinos, denunciaron a Hamás y exigieron al gobierno garantizar la paz en la frontera.
El legado de la incursión de 1973
Aunque las guerras y conflictos de los últimos 50 años han eclipsado los recuerdos de la incursión de 1973, sigue siendo un momento impactante en la historia del Líbano.
Los residentes de Beirut que vivieron el evento aún recuerdan la conmoción y el miedo que sintieron durante aquella noche de insomnio, y cómo marcó un cambio en la percepción de la seguridad en la región.