“Ah, pero el alcance de un hombre debería superar su entendimiento, ¿o para qué serviría el cielo?” – Robert Browning
Se necesita una jutzpá increíble para creer que vas a ir a la Luna. No “a la Luna” en el sentido metafórico, sino en el sentido literal. De hecho, algunos pueden considerar a los que quieren ir a la Luna como un manicomio, que es de donde proviene la palabra “lunático”: la sensación de que la Luna influye en el comportamiento y las acciones erróneas de la persona.
Sin embargo, aquellos individuos que una noche decidieron ir a la Luna y luego pasaron años poniendo en práctica su misión, eran muy racionales y de mente sana. Su idea de lanzar una nave espacial privada que aterrizaría en La luna era completamente lógica, y en este caso su comportamiento de estaba influenciado por ella. Son de una nación nacida en riesgo, audacia, brillantez, ingenio, tenacidad y osadía; mezclados con una buena dosis de oración y milagros. Es una misión israelí y por lo tanto tiene perfecto sentido. Si funciona, entonces Israel será el cuarto país (piense en Estados Unidos, Rusia y China) y la primera misión privada en aterrizar con éxito en la Luna. Si no es así, entonces hay próxima vez y sopa de pollo.
La nave espacial del tamaño de una nevera se lanzó el 22 de febrero de 2019 y planea aterrizar en la Luna el 11 de abril de 2019 (74 años desde la liberación del campo de concentración de Buchenwald y exactamente 110 años después del establecimiento de Tel Aviv). “Bereshit”, el nombre de la nave espacial, trae consigo en su viaje una “cápsula del tiempo digital” que contiene la Biblia, la bandera israelí, Hatikvah, una copia de la Declaración de Independencia de Israel, recuerdos de un sobreviviente del Holocausto, dibujos de niños y toda la información de Wikipedia en versión en inglés (en el momento del lanzamiento).
Sin duda, algunos lunáticos afirmarán que los sionistas están tratando de colonizar la Luna y reescribir la historia, pero el resto de la humanidad, con razón, verá esto como un logro tremendo y extraordinario que solo puede beneficiar a la ciencia, el espacio y la humanidad. Que nuestra nación judía, pequeña en número, pero de gran alcance, haya logrado apuntar a las estrellas y, con suerte, aterrizar en la Luna es algo de lo que estar orgulloso. ¿O para qué sirve nuestro cielo?