La decisión de la Corte Penal Internacional de no iniciar una investigación sobre si los soldados estadounidenses y los agentes de la CIA cometieron crímenes de guerra en Afganistán es una victoria importante, tanto en el fondo como en principio.
Una vez más, Estados Unidos ganó una batalla contra un organismo internacional que había sido tomado como rehén por fuerzas hostiles a Estados Unidos y sus aliados.
En septiembre, el asesor de seguridad nacional de los EE. UU., John Bolton, dijo que la administración emplearía “cualquier medio necesario” para proteger a su gente del “procesamiento injusto de este tribunal ilegítimo”.
Añadió que “para todos los efectos, la CPI ya está muerta para nosotros”.
La decisión del tribunal es quizás uno de los últimos clavos en el ataúd para un cuerpo que ha estado perdiendo rápidamente su prestigio internacional.
Los jueces se pronunciaron en contra de los fiscales de la corte y dijeron que a pesar del material probatorio que muestra que los estadounidenses cometieron crímenes de guerra en Afganistán, su procesamiento no serviría a la justicia.
Los jueces también señalaron que no tenía sentido realizar una investigación debido al tiempo transcurrido desde el período en cuestión (2002-2004).
La decisión fue dictada luego de que Estados Unidos revocó la visa de Fatou Bensouda y rechazó la entrada a otros funcionarios judiciales.
Se demostró que el intento de la CPI de crear un orden global multilateral es lo que es: un teatro del absurdo (también conocido como Naciones Unidas) que ni siquiera se acerca al poder de los EE. UU., la superpotencia líder del mundo.
Trump está redefiniendo las reglas, asegurando que los tiranos ya no podrán abusar de tales instituciones multilaterales para apuntalar su régimen.
También ha reiterado su compromiso de no permitir que la CPI enjuicie a israelíes y tropas de otros aliados de Estados Unidos.
Los palestinos y sus aliados deberían tomar nota de lo que dijo Trump; sería desaconsejable que ignoraran su amenaza de castigar a la corte si tomara medidas contra los israelíes.
Trump está implementando la doctrina del Muro de Hierro que fue articulada por el difunto líder del sionismo revisionista, Ze’ev Jabotinsky, no solo con respecto a los árabes sino a nivel mundial. Trump está emprendiendo una campaña contra todos aquellos que han tratado de cooptar a la ONU para su propia agenda destructiva.