¿Por qué los proxys palestinos de Irán, Hamás y la Jihad Islámica, están preocupados por la muerte de Qassem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, que murió en un ataque aéreo estadounidense el 3 de enero de 2020?
Los dos grupos apoyados por Irán en la Franja de Gaza se apresuraron a llorar al “mártir” Soleimani y a condenar su asesinato como un “plan estadounidense-sionista”. Los líderes de Hamás y de la Jihad Islámica describieron la muerte de Soleimani como “una gran pérdida para Palestina y la resistencia palestina”.
Hamás y la Jihad Islámica montaron una carpa de luto para Soleimani en la Franja de Gaza, donde su representante invitó a los palestinos a ofrecer sus condolencias por la muerte del comandante militar iraní. Los jefes de los dos grupos, Ismail Haniyeh (Hamás) y Ziad Al-Nakhalah (Jihad Islámica) también viajaron al Irán para asistir al funeral de Soleimani y ofrecer sus condolencias a los líderes iraníes por su muerte.
La reacción de Hamás y la Jihad Islámica a la muerte de Soleimani es una prueba de que los dos grupos han estado sirviendo durante mucho tiempo como apoderados de Irán en la Franja de Gaza, donde viven dos millones de palestinos. Sin el apoyo financiero, militar y político de Irán, Hamás y la Jihad Islámica no habrían podido mantener su control sobre la Franja de Gaza.
Soleimani usó su Fuerza Quds para apoyar a los apoderados de Irán no solo en la Franja de Gaza, sino también en Irak, Yemen, Siria y Líbano. Mientras que utilizó las milicias pro-Irán en los países árabes para matar a muchos árabes, Soleimani y su Fuerza Quds apoyaron a Hamás y a la Jihad Islámica en su jihad (guerra santa) contra Israel. Soleimani también apoyó a Hamás y a la Jihad Islámica en su conflicto con la Autoridad Palestina (AP), y al hacerlo contribuyó a profundizar las divisiones entre los palestinos.
La misión de Soleimani no solo era asegurar que Hamás y la Jihad Islámica mantuvieran su control sobre la Franja de Gaza, sino también que tuvieran suficientes armas para continuar su lucha contra Israel.
Para justificar su luto público por Soleimani, Hamás y la Jihad Islámica han revelado en los últimos días que el comandante militar iraní asesinado desempeñó un papel importante para ayudarles a desarrollar sus capacidades militares, en particular en lo que respecta a las decenas de miles de cohetes que se dispararon contra Israel desde la Franja de Gaza en el último decenio.
Ahmed Abdel Hadi, que es el “embajador” de Hamás en el Líbano, reveló en una entrevista del 9 de enero que Soleimani desempeñó un papel importante en ayudar a Hamás y a la Jihad Islámica a fabricar y desarrollar su arsenal de cohetes en la Franja de Gaza. “El mártir Soleimani contribuyó al desarrollo de las capacidades militares de los grupos de la resistencia palestina porque estaba plenamente convencido de que era necesario enfrentarse a la entidad sionista y a su ocupación de Palestina”, dijo Abdel Hadi en el sitio web de noticias de Al-Ahd. “Creía en la necesidad de liberar a Palestina”.
El funcionario de Hamás dijo que gracias al apoyo de Soleimani, los cohetes disparados desde la Franja de Gaza pudieron enviar a un millón de israelíes a refugios antiaéreos. Según Abdel Hadi, Hamás se abstuvo de hablar del papel de Soleimani en la mejora de los cohetes “porque las circunstancias no eran apropiadas para hacerlo antes de su muerte”.
Un alto funcionario de Hamás, Mahmoud Zahar, también habló del papel de Soleimani en el apoyo a la jihad palestina contra Israel. Soleimani, dijo, “le dio a los grupos armados palestinos todo lo que necesitaban para desarrollar sus capacidades militares. Le dio a Palestina más de lo que uno puede imaginar”.
Zahar reveló que Soleimani y su Fuerza Quds han estado proporcionando a Hamás y a la Jihad Islámica dinero y armas desde principios de los años noventa. Zahar recordó que Soleimani una vez le dio a Hamás 22 millones de dólares para que pudiera pagar los salarios de sus empleados.
“El martirio de Soleimani es una gran pérdida para la resistencia [palestina]” añadía Zahar. “Este hombre dio esperanza a los musulmanes respecto a la liberación de Palestina”.
Al-Nakhalah, el líder de la Jihad Islámica, al hacer una visita de condolencia a la familia de Soleimani en Irán, dijo que el general asesinado estaba proporcionando a los palestinos varias formas de ayuda, particularmente dinero y armas.
Abu Hamzeh, portavoz del ala militar de la Jihad Islámica, las Brigadas Al-Quds, señaló que Soleimani había “supervisado durante dos décadas el apoyo directo a Palestina y la transferencia de conocimientos militares y de seguridad” a los grupos armados palestinos en la Franja de Gaza. Aclamando al comandante iraní asesinado como un “líder de los guerreros musulmanes”, Abu Hamzeh declaró que la Jihad Islámica estaba orgullosa de Soleimani porque “intimidó a Estados Unidos y a la entidad sionista”.
Los líderes de Hamás y de la Jihad Islámica buscan ahora asegurarse de que Irán continúe proporcionándoles armas y dinero en la era post-Soleimani. Puede que sea por eso que los dos grupos han estado ansiosos por mostrar públicamente su dolor por la muerte de un general y amigo iraní que les estaba ayudando a cumplir su objetivo de destruir a Israel y reemplazarlo con un Estado islámico.
Al alinearse abiertamente con Teherán, Hamás y la Jihad Islámica están escupiendo en la cara de los musulmanes sunníes que ven a Irán y a sus representantes chiítas como la verdadera amenaza a la estabilidad en Oriente Medio. Muchos árabes han expresado su indignación por el dolor público de los dos grupos palestinos por la muerte de Soleimani.
Estos árabes han afirmado que no pueden entender por qué Hamás y la Jihad Islámica están de luto por un general iraní responsable de la matanza y el desplazamiento de miles de personas en Irak, Siria y Yemen. Algunos árabes se burlaron de los dos grupos palestinos por etiquetar a Soleimani como el “mártir de Jerusalén” en un momento “en que la mayoría de sus cohetes y balas se usaban para matar árabes y musulmanes con el fin de implementar el plan de Irán de expandir su control a los países árabes e islámicos”.
Hamás y la Jihad Islámica han demostrado que no les importa nada los miles de árabes y musulmanes asesinados por la Fuerza Quds de Soleimani. En lo que respecta a estos grupos, el fin justifica los medios. El objetivo final de Hamás y la Jihad Islámica sigue siendo la eliminación de Israel, y están dispuestos a unir sus fuerzas con el diablo para hacer avanzar su aspiración.
Queda por ver cómo responderán la Autoridad Palestina y los Estados árabes, incluido Egipto, a la renovada alianza entre los grupos con base en Gaza y el Irán.
¿Reconsiderará el presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas su decisión de invitar a Hamás a participar en las nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias palestinas? ¿Suspenderán los egipcios sus contactos con Hamás y la Jihad Islámica a la luz de la abierta afiliación de ambos grupos con los iraníes?
Si no se hace responsable a Hamás y a la Jihad Islámica de sus acciones, en concreto de su continua cooperación con Teherán, Abbas y los egipcios, se estaría permitiendo al Irán y a su Fuerza Quds seguir consolidando su presencia en la Franja de Gaza. Abbas y los egipcios deberían al menos advertir a Hamás y a la Jihad Islámica que no conviertan la Franja de Gaza en otra base de la Fuerza de Quds de Soleimani en la región.
La actual cooperación entre Irán y los grupos con base en Gaza supone una amenaza inminente no solo para Israel, sino también para la Autoridad Palestina, Egipto y otros árabes que se oponen a los planes expansionistas de Teherán en la región.