Los ataques atribuidos a Israel contra objetivos iraníes en Siria se han intensificado en el último mes, asestando un duro golpe a la presencia militar de Teherán en la zona.
Parece que, en un giro inusual de los acontecimientos, los intereses sirios, rusos e israelíes se están alineando, aunque los tres lo nieguen públicamente.
En lo que respecta a Israel, los objetivos son claros: expulsar a Irán de Siria e impedir el envío de armas a su proxy Hezbolá en el Líbano.
Si los informes sobre el último ataque de Israel en Siria el martes son ciertos, la incursión fue una operación coordinada y de varios niveles contra dos objetivos distantes. Los informes en Siria dijeron que el ataque cerca de la ciudad costera de Tartus estaba dirigido contra una instalación de producción de misiles, mientras que la incursión cerca de Homs tenía como objetivo un aeródromo en la zona.
La hora del ataque, las 7 de la tarde, también fue inusual, lo que significa que los supuestos aviones de guerra israelíes despegaron al anochecer.
El ataque del martes parece ser una operación complicada, planificada con antelación, a diferencia del realizado la semana pasada cerca de Damasco, cuyo objetivo era un convoy de armas que se dirigía al Líbano, y que se percibió como iniciado de forma improvisada. Los informes dicen que ese ataque se llevó a cabo con misiles tierra-superficie y no con aviones de combate.
En el último mes, se ha informado de siete supuestos ataques israelíes diferentes en Siria, lo que supone un aumento del 15% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Algunos dicen que el aumento se debe a la actual temperatura cálida y que este tipo de acciones durante el invierno son más difíciles debido a las condiciones climáticas.
Pero la cuestión es dónde se encuentran los intereses de Israel, Siria y Rusia en lo que respecta a estos ataques.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, está intentando rehabilitar su ejército y hacerse con el control de más zonas del país, ya que la guerra civil que dura una década parece estar llegando a su fin.
En realidad, no le importa que Israel intente expulsar a los iraníes de Siria, a pesar de que sus soldados siguen operando las defensas aéreas que contrarrestan los supuestos ataques israelíes.
Rusia, por su parte, ve estas operaciones como un paso más en su guerra con Teherán por el control estratégico de la región.
Esta es la razón por la que el presidente ruso Vladimir Putin sigue dando luz verde a estos ataques. Cabe señalar que, a pesar de diversos informes, la coordinación de seguridad entre Moscú y Jerusalén sigue siendo sólida.
Cabe suponer que estas acciones continuarán, al menos hasta que llegue el invierno.