A pesar de la decisión de la administración Biden de reanudar la ayuda financiera a los palestinos y trabajar para reactivar el “proceso de paz” con Israel, la mayoría de los palestinos siguen apoyando a Hamás, el grupo terrorista palestino que no reconoce el derecho de Israel a existir.
El discurso de la administración Biden sobre la consecución de una “solución de dos estados” no parece impresionar a muchos palestinos. Creen, según una reciente encuesta de opinión pública, que esta solución ya no es práctica ni factible. Estos palestinos, según la encuesta, prefieren librar una “lucha armada” contra Israel.
En su reciente discurso ante la 76ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al expresar la política de su administración hacia el conflicto árabe-israelí, dijo
“El compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel es incuestionable. Y nuestro apoyo a un Estado judío independiente es inequívoco. Pero sigo creyendo que una solución de dos Estados es la mejor manera de asegurar el futuro de Israel como un Estado judío y democrático que vive en paz junto a un Estado palestino viable, soberano y democrático”.
Irónicamente, el mismo día en que Biden pronunció su discurso en la Asamblea General de la ONU, otra encuesta de opinión pública publicada por el Centro Palestino para la Investigación de Políticas y Encuestas el 21 de septiembre volvió a demostrar que muchos occidentales no tienen ni idea de las actitudes reales del público palestino.
Los resultados de esa encuesta confirmaron que la mayoría de los palestinos siguen viendo a Hamás y a otros terroristas como sus héroes y modelos de conducta. Los resultados también confirmaron que la mayoría de los palestinos siguen creyendo que la violencia y el terrorismo son la mejor y única forma de enfrentarse a Israel.
Con estas opiniones, es seguro suponer que el “Estado palestino” que la administración Biden espera establecer junto a Israel estará controlado por terroristas respaldados por Irán, como Hamás y la Jihad Islámica Palestina, cuyo objetivo declarado es sustituir a Israel por un Estado islamista después de matar o expulsar a tantos judíos como sea posible de su patria.
Los resultados de la encuesta llevan a la inequívoca conclusión de que los palestinos están diciendo a Biden que su propuesta de “solución de dos Estados” está lejos de ser la mejor manera de garantizar la paz y la seguridad en Oriente Medio.
Los palestinos están diciendo que la “solución de dos Estados” es la mejor manera de facilitar y acelerar su misión de destruir a Israel. Desgraciadamente, al menos en un futuro próximo, lo más probable es que eso se convierta en una no solución que podría acabar desestabilizando la zona y atrayendo a Estados Unidos.
Los palestinos, a través de sus opiniones, están dejando claro que un Estado palestino en cualquier parte de Cisjordania y la Franja de Gaza se utilizará como plataforma de lanzamiento para “liberar” todo el territorio, desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo.
Lo que es importante recordar es que ya existe un Estado palestino semi-independiente en la Franja de Gaza, de donde Israel se retiró completamente en 2005. Este “Estado autónomo”, controlado por Hamás y otros grupos jihadistas desde 2007, ya ha sido utilizado como plataforma de lanzamiento este año para disparar decenas de miles de cohetes y globos incendiarios contra Israel.
Si el ejército israelí y los judíos ya no están dentro de la Franja de Gaza, ¿por qué los palestinos siguen disparando cohetes y otros proyectiles contra Israel? La respuesta es sencilla: los palestinos quieren expulsar a los judíos no solo de la Franja de Gaza, sino de todo Israel.
Los resultados más importantes de la encuesta incluyen un dramático descenso del apoyo al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y un aumento de la popularidad de Hamás, así como un mayor apoyo al terrorismo contra Israel.
Este descubrimiento no sorprende a quienes están familiarizados con la belicosa retórica anti Israel que emiten día tras día los líderes palestinos, los medios de comunicación, los predicadores de las mezquitas y los activistas políticos.
Mientras el gobierno de Biden habla con Abbas y su equipo, casi el 80% del público palestino, según la encuesta, exige la dimisión de su presidente.
Su demanda revela que una abrumadora mayoría de palestinos no confía en Abbas y es probable que rechace cualquier acuerdo de paz que firme con Israel. En primer lugar, cualquiera que firme un acuerdo de paz con Israel será considerado un traidor y recompensado del mismo modo que el presidente egipcio Anwar Sadat, que firmó un tratado de paz con Israel y fue asesinado. Es una consecuencia que Abbas conoce:
“Abandonar el círculo de la lucha contra el sionismo es alta traición, y maldito sea quien perpetre tal acto”. (Carta de Hamás, artículo 32)
También saben que Abbas, ahora en el 17º año de su mandato de cuatro años, no tiene mandato para firmar nada con nadie. Los resultados de la encuesta muestran que la mayoría de los palestinos ven a Abbas como un líder ilegítimo que ya no representa a la mayoría de su pueblo.
Los palestinos, en resumen, están diciendo a la administración Biden y al resto del mundo que es una pérdida de tiempo confiar en Abbas como líder para comercializar cualquier acuerdo de paz con Israel a su pueblo.
Otra conclusión crucial que la administración Biden y otras partes internacionales deben tener en cuenta: Hamás y los opositores a Abbas están llamados a ganar en las nuevas elecciones presidenciales y parlamentarias palestinas.
Esta revelación tampoco sorprende a nadie que conozca el ámbito palestino y es, al parecer, la razón por la que Abbas decidió a principios de este año suspender las elecciones parlamentarias y presidenciales que estaban previstas para el 22 de mayo y el 30 de julio. Abbas no necesita que una encuesta le diga que sus rivales de Hamás y otros grupos palestinos le derrotarían en las urnas por goleada.
Abbas y su facción gobernante, Al Fatah, aún no se han recuperado de la sorprendente derrota que sufrieron a manos de Hamás en las elecciones parlamentarias palestinas de 2006. Menos de un año después, Hamás arrojó a los miembros de la Autoridad Palestina de Abbas desde los pisos más altos de los edificios altos de Gaza, con lo que Abbas y la AP retrocedieron a Cisjordania. Desde entonces, Abbas no solo no ha podido visitar su casa en Gaza, sino que en 2014, Hamás intentó un golpe de Estado en toda regla contra él.
Los resultados relativos a las nuevas elecciones son la mejor prueba de que un futuro Estado palestino estará controlado por un grupo terrorista cuyos estatutos llaman abiertamente a todos los árabes y musulmanes a crear un Estado islámico:
“El Movimiento de Resistencia Islámica es un movimiento palestino distinguido, cuya lealtad es a alá, y cuyo modo de vida es el islam. Se esfuerza por levantar la bandera de Alá sobre cada centímetro de Palestina”. (Artículo 6)
La Carta de Hamás también promete librar la jihad (guerra santa) contra Israel:
“El día en que los enemigos usurpen parte de la tierra musulmana, la jihad se convierte en el deber individual de cada musulmán. Ante la usurpación de los judíos, es obligatorio levantar la bandera de la Jihad”. (Artículo 15)
“Los rangos se cerrarán, los combatientes se unirán a otros combatientes, y las masas de todo el mundo islámico acudirán en respuesta a la llamada del deber, proclamando a viva voz: ‘¡Salve a la Jihad!’. Este grito llegará a los cielos y seguirá resonando hasta que se logre la liberación, se venza a los invasores y se produzca la victoria de Alá”. (Artículo 33)
Y rechazar cualquier acuerdo negociado:
“[Las] iniciativas [de paz] y las llamadas soluciones pacíficas y las conferencias internacionales están en contradicción con los principios del Movimiento de Resistencia Islámica… Esas conferencias no son más que un medio para designar a los infieles como árbitros en las tierras del islam… No hay solución para el problema palestino si no es mediante la Jihad. Las iniciativas, las propuestas y las conferencias internacionales no son más que una pérdida de tiempo, un ejercicio de inutilidad”. (Artículo 13)
Si las elecciones presidenciales se celebraran hoy, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, obtendría el 56% de los votos, frente al 34% de Mahmoud Abbas.
Si Abbas no se presentara a las elecciones, los palestinos votarían a Marwan Barghouti, un líder terrorista que cumple cinco cadenas perpetuas en una prisión israelí por su papel en una serie de ataques terroristas contra Israel, en los que fueron asesinadas al menos cinco personas hace casi dos décadas.
Haniyeh y Barghouti son populares entre los palestinos por su participación en el terrorismo contra Israel. Al parecer, los palestinos están descontentos con Abbas porque creen que no está haciendo lo suficiente para provocar ataques terroristas contra Israel.
También irónicamente -Oriente Medio puede dar bastante de sí- mientras Biden hablaba en la Asamblea General de la ONU sobre su visión de una “solución de dos Estados”, la encuesta (que se publicó el mismo día del discurso) encontró que el 62% del público palestino se opone al concepto de la “solución de dos Estados”.
La encuesta también reveló que el 39% de los palestinos prefiere librar una “lucha armada” contra Israel. Además, una gran mayoría del 61% se opone a la reanudación incondicional de las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos.
La decisión de la administración Biden de reanudar la ayuda financiera a los palestinos y renovar las relaciones de Estados Unidos con Abbas y los dirigentes palestinos no parece entusiasmar a los palestinos. Una mayoría considerable dice que no quiere que los líderes palestinos traten con el presidente estadounidense y su equipo en absoluto. Según la encuesta, el 58% de los palestinos se opone totalmente a que se retome el diálogo con la administración estadounidense del presidente Biden. Además, el 49% no cree que la elección de Biden y la reanudación de la ayuda estadounidense a la Autoridad Palestina abran la puerta a una vuelta a las negociaciones israelo-palestinas en el marco de la “solución de los dos Estados”.
En todo caso, los resultados de la encuesta vuelven a poner de manifiesto la gran distancia existente entre las percepciones y los deseos de la administración Biden y la comunidad internacional, y la realidad de la situación palestina.
Los que siguen hablando de una “solución de dos Estados” no solo se engañan a sí mismos, sino que ponen en peligro la seguridad de Oriente Medio al tratar de establecer otro Estado terrorista, especialmente tan poco tiempo después de la debacle de la rendición de Estados Unidos ante los talibanes en Afganistán.
He aquí un consejo bienintencionado para Biden y otros líderes mundiales: antes de vincular la idea de la paz y la seguridad a la idea de una “solución de dos Estados”, intenten creer a los palestinos cuando dicen que prefieren la “lucha armada”. Intenten creer a los palestinos cuando dicen que votarían a cualquier líder que apoye la violencia y el terrorismo contra Israel. Intenta creer, cuando los palestinos dicen que rechazan la paz con Israel, que realmente quieren decir lo que dicen.