Nos encontramos aquí, judíos y no judíos. De Israel y de toda Europa, para protestar por el hecho de que en lugar de hacer lo que se supone que deben hacer, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas incentiva el asesinato, fomenta el terrorismo, promueve la injusticia.
Y nosotros no estamos dispuestos a permanecer en silencio.
Eso no es un Consejo de Derechos Humanos. En lugar de ello, se ha convertido en un Consejo de Derechos terroristas.
En la última década, el Consejo ha aprobado 55 resoluciones en relación con violaciones de los derechos humanos en todo el mundo, sí, el mundo entero con todos sus conflictos sin fin. En la misma década, en los mismos diez años, el Consejo ha emitido sesenta y dos resoluciones contra Israel. Siete resoluciones sobre Israel más que sobre todo el resto del mundo.
Durante esa década, Israel ha estado constantemente bajo el ataque de los terroristas que se propusieron asesinar a civiles: mujeres, niños, ancianos.
Nuestros enemigos se burlan del concepto básico de lo que es el ser humano, mientras que al mismo tiempo estamos tratando de proteger a un Estado democrático, y esto, respetando los más altos estándares de derecho internacional.
Nos enfrentamos a organizaciones terroristas islámicas fundamentalistas que quieren asesinar a Judíos solo porque son Judíos.
Nos enfrentamos a Irán y a sus subcontratistas del terror, que han declarado una y otra vez que su objetivo es la destrucción total de Israel.
Y nos enfrentamos a sesenta y dos resoluciones por parte de una organización que engaña al mundo, que se hace llamar un Consejo de Derechos Humanos.
Cuatrocientos mil asesinados en Siria, decenas de miles de asesinados en Iraq, en Libia, en Afganistán… y el Consejo condena a Israel.
Las mujeres son violadas en Ruanda, Sudán y en todo el Medio Oriente… y el Consejo condena a Israel.
Las personas son decapitadas y mujeres son forzadas a la esclavitud en Iraq… y el Consejo condena a Israel.
Tres millones de personas se encuentran desplazadas en Siria… y el Consejo condena a Israel.
El conflicto palestino-israelí está en el puesto cuadragésimo noveno en el número de víctimas en los conflictos en todo el mundo. Pero no hay un solo país – solo uno – que según el reglamento del Consejo de Derechos Humanos tenga como punto específico en su agenda.
Deja que te presente el punto 7 de su agenda, que establece que cada vez que el Consejo está en sesión tiene que discutir – incluso si no pasó nada, incluso si no se ha presentado ninguna prueba – la situación de los derechos humanos en Israel. ¿Por qué?
- Debido a que ya ni siquiera tratan de ocultar su apoyo al terrorismo de Hamás, del Hezbolá y de los apuñaladores en nuestras calles.
- Debido a que ya ni siquiera pretenden ser objetivos.
- Debido a que ya ni siquiera tratan de ocultar el hecho de que son anti-Israel, anti-Judíos y anti-justicia.
Hoy en día, en Ginebra, el Consejo tiene seis discusiones anti-Israel más en la agenda. Seis más. Cada una más ridícula que la anterior. Más hostil que la anterior. Y con menos fundamento en los hechos que la anterior. En cuanto a nuestros enemigos – los más grandes autores de violaciones de los derechos humanos en este planeta – como es habitual, no habrá ninguna resolución, ninguna condenación, ni una sola palabra.
En los últimos seis meses, los terroristas han acechado las calles de Israel, disparando a nuestros hijos, apuñalando a las mujeres y a los ancianos, llevando a cabo ataques por atropellamientos intencionados.
El Rabino Eitam y Naama Henkin no eran soldados. Eran una pareja que conducían a casa con sus cuatro hijos pequeños. Los padres fueron asesinados. Los niños heridos.
Dafna Meir, una madre de seis hijos, murió luchando contra un terrorista en la puerta de su casa. El musulmán le clavó un cuchillo en el cuello y ella se aferró para impedir que él logre sacar el cuchillo y para que no pueda entrar. Dafna estaba protegiendo a su hija, para que ella no sea asesinada también.
Y ¿cómo responde el Consejo de Derechos Humanos de la ONU cuando fue asesinado un activista de los derechos humanos? Apoyan al asesino.
El trato del Consejo hacia es Israel va más allá del sesgo. Es obsesivo. Es una locura.
Soy el hijo de un sobreviviente del Holocausto. Deja que te diga algo sobre el antisemitismo:
Los antisemitas, en esta época, no admiten que son antisemitas. Siempre le dan un nombre diferente. Dicen que es otra cosa. Así que hemos aprendido, en los últimos dos mil años, que no importa lo que dicen. Sólo importa lo que hacen. Y lo que están haciendo hoy aquí, en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas es antisemitismo puro y al estilo de antes.
Sólo hay un país democrático en el Medio Oriente
Sólo hay un país en el Medio Oriente en el cual se protegen los derechos de las minorías. En el que los derechos de la mujer están protegidos, los derechos de los homosexuales, el derecho de toda persona a la libertad de expresión, la libertad de religión y la libertad de circulación.
Sólo hay un país en el Medio Oriente cuyo ejército insiste en el derecho internacional, sobre los derechos humanos y de las normas morales a las que ningún ejército en el mundo se aproxima. Y ese es el país al que el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ataca constantemente.
El artículo 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos decreta lo siguiente:
Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación en violación de esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
Si las naciones del mundo consideran la declaración y sus compromisos con sinceridad, deben actuar en consecuencia. Es hora de poner fin a la discriminación flagrante del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas contra Israel. Debido a que el Estado de Israel ya no está dispuesto a permanecer en silencio.