Funcionarios occidentales han sugerido que los reproches públicos al presidente ruso Vladimir Putin por parte de China e India sobre su invasión de Ucrania reflejan un cambio en la percepción global de la guerra, junto con los esfuerzos de Europa y Estados Unidos para debilitar el respaldo mundial del Kremlin.
Tres fuentes occidentales afirmaron que las críticas a Putin por parte del primer ministro indio, Narendra Modi, y el reconocimiento por parte del líder ruso de las preocupaciones expresadas por el presidente chino, Xi Jinping, la semana pasada, son indicios de malestar con Moscú. Estos comentarios se hicieron durante una conferencia en Uzbekistán, pocos días después de que los militares rusos tuvieran que ceder casi 3.000 kilómetros cuadrados de territorio a los ucranianos en respuesta a una embestida.
Un alto funcionario europeo describió las declaraciones como “una señal verdadera e inequívoca” de irritación y dijo que India y China podrían ahora cambiar sus actividades hacia Rusia y Occidente como resultado.
Según un ministro europeo de alto rango citado por el Financial Times, los comentarios se consideraron una “verdadera crítica”.
El énfasis está puesto en Modi. El ministro continuó: “No creo que le guste esto”. Era mucho más ventajoso ocupar una zona gris, en la que uno puede llevarse bien con los defensores de bandos opuestos. “Y ganarás siendo amigo de ambos”.
La “época en la que vivimos hoy no es una época de guerra”, dijo Modi a Putin, según parece. El líder ruso aseguró a su socio: “Haremos todo lo posible para detener esto lo antes posible”, subrayando las “preocupaciones que usted plantea continuamente”.
Esto siguió al reconocimiento público por parte de Putin de las “preocupaciones” de Xi en la misma reunión.
En la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai, celebrada en Samarcanda, las dos principales economías que no han impuesto sanciones a Moscú reconocieron públicamente su descontento por la situación en Ucrania.
John Kirby, portavoz principal del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, dijo el viernes que las declaraciones de Putin demostraban cómo el líder ruso “no hace más que aislarse de la comunidad internacional”. Incluso países que en un principio no se oponían firmemente a Trump están ahora cuestionando sus acciones en Ucrania.
El objetivo de Putin de reforzar los lazos con los países no occidentales se complica por el aparente descontento de China e India.
Putin pronunció un discurso en Vladivostok una semana antes de la cumbre de Samarcanda, durante el cual dijo que países como China podrían compensar el comercio perdido por Rusia con Europa.
“No fue solo un cambio de intereses románticos o de preferencias sexuales. Ve bloques políticos y económicos en competencia”, dijo un funcionario occidental en Moscú.
Las empresas chinas se han mostrado recelosas a la hora de llenar el vacío dejado por las sanciones de EE. UU. en las industrias tecnológicas y de defensa de Rusia, a pesar de un descuento que les ha animado a aumentar sus compras de productos básicos rusos.
Otro funcionario occidental en Moscú declaró: “Esperaban más de China”. “Se ha advertido a las empresas chinas que no participen o se les ha informado de que necesitan una aprobación especial para hacerlo”.
El gobierno ruso ha declarado que los lazos con China siguen siendo sólidos. El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, dijo el domingo en la televisión estatal rusa que Moscú y Pekín tenían una “completa similitud” en sus posturas hacia “todo tipo de medidas provocadoras procedentes de Estados Unidos y la inaceptabilidad de ese comportamiento perjudicial”.
Peskov declaró que las posibles sanciones secundarias de Occidente por el fortalecimiento de la relación comercial de China con Rusia eran “elementos de complicación” que tenían un “mal efecto”, pero que “no podían tener un efecto sustancial, porque la tendencia general sigue siendo muy hacia el crecimiento”.
Aunque el mensaje era evidente, ni Xi ni Modi mencionaron a Ucrania por su nombre ni expresaron su apoyo a Kiev, señalaron los analistas. En los casi siete meses transcurridos desde que comenzó la invasión a gran escala, ambos han ampliado sus compras de exportaciones energéticas rusas y han mantenido el comercio con Moscú.
Según Sushant Singh, académico del Centro de Investigación Política de Nueva Delhi, “los comentarios de Modi lograron lo que pretendía: transmitir un mensaje a Occidente de que no está con Putin”.
Singh señaló que Modi no sacó a relucir en su discurso ninguna “cuestión polémica” relativa a la soberanía o la integridad territorial de Ucrania, sino que abordó el impacto de la guerra en sectores como la seguridad alimentaria, el combustible y los fertilizantes.
Funcionarios occidentales interpretaron las preocupaciones de Modi y Xi como un desafío a la versión de Putin de que las sanciones impuestas por Occidente a Rusia eran las culpables del declive económico del país como consecuencia del conflicto.
El jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, argumentó en un artículo publicado el domingo en el periódico francés Journal du Dimanche que las recientes victorias ucranianas en los combates ponían de manifiesto la insuficiencia y la falta de motivación de las tropas rusas. Acontecimientos como estos “demuestran que Rusia está perdiendo indiscutiblemente la lucha”, argumentó, aunque Ucrania no haya ganado todavía el conflicto.
Borrell señaló que es hora de empezar a pensar en un proceso de paz, a pesar de que el conflicto está lejos de terminar.