Los árabes han acusado a Israel de infringir el status quo en el Monte del Templo mediante la instalación de detectores de metales después de un ataque terrorista el viernes pasado. Las protestas diarias, los enfrentamientos y la oración pública fuera de la Puerta de los Leones de la Ciudad Vieja han estallado. El fideicomiso islámico Waqf de Jerusalén ha pedido a los musulmanes que se abstengan de entrar en el complejo hasta que los detectores sean removidos.
Pero, ¿cómo manejan otros países la seguridad en sitios sagrados sensibles?. En La Meca hay más de 5.000 cámaras de CCTV y más de 100.000 personas empleadas para proporcionar seguridad durante el Hajj anual. Al igual que Israel, Arabia Saudita se enfrenta a amenazas terroristas y ha mejorado su seguridad en los últimos años.
En junio, Arabia Saudita detuvo a un atacante suicida que informó que planeaba un ataque terrorista contra la Gran Mezquita de La Meca. En 2015, el International Business Times, así como en 2016 la mismísma BBC informaron que Arabia Saudita estaba “colocando brazaletes electrónicos a los peregrinos” y aumentando el número de cámaras.
Los peregrinos en el Hajj no pasan regularmente a través de detectores de metales en las inmediaciones de los lugares sagrados, pero sí los atraviesan en el camino hacia el Hajj en los controles fronterizos y en los aeropuertos.
El Vaticano en Roma también ha aumentado la seguridad recientemente en medio de amenazas terroristas. En 2015 los informes señalaron que había instalado la más alta seguridad en la historia. En 2015, más de 5.000 policías adicionales fueron desplegados de acuerdo a informes y puestos de control fueron establecidos en la Plaza de San Pedro. Fotos en el Daily Mail mostraron que la policía revisaba y palpaba a las monjas. También fueron instalados detectores de metales y las fotos muestran a monjas y a los fieles pasando a través de ellos.
En 2016, la guía de viajes Frommer’s informó de “nuevos controles de seguridad para entrar en la Plaza de San Pedro”.
Esto incluyó, según un viajero de TripAdvisor, “detectores de metales y dispositivos de detección de tipo aeroportuario”.
Después de los ataques terroristas contra el sitio budista de peregrinación Bodh Gaya en Bihar en la India en 2013, Se adoptaron nuevas medidas de seguridad. El gobierno ordenó una auditoría de seguridad del templo Mahabodhi. “La cobertura de protección armada de comandos paramilitares centrales” fueron enviados al sitio, según The Indian Express.
El Templo Dorado Sikh en Amritsar también ha aumentado la seguridad en los últimos años. Según un informe en Tribune India, después de un ataque islamita en la Base Aérea de Pathankot, “escuadrones especiales de policía equipados con detectores de bombas, fueron vistos revisando cada rincón y rincón del santuario”, en enero de 2016. Los visitantes también informaron de la presencia de cámaras CCTV.
La procesión musulmana Ismaili en Lahore, en Pakistán, llamada Youm-i-Ali, ha aumentado la seguridad debido a las amenazas terroristas de los jihadistas. “Los participantes de la procesión fueron inspeccionados por los agentes de seguridad”, señaló The Express Tribune.
“Luego fueron verificados usando detectores de metales”. Cámaras CCTV y más de 5.000 agentes de seguridad fueron desplegados en junio de este año.
Del mismo modo, el acceso al sitio sagrado del Judaísmo en el Muro Occidental (mal llamado “Muro de los Lamentos”) incluye detectores de metales, Cámaras de seguridad CCTC y guardias armados.
Sin embargo, un informe del Canal 2 a principios de este año notó que los judíos religiosos que visitaban el Muro en Shabat no fueron sometidos a los detectores porque pasar a través de ellos podría violar el Shabat.
Lo que une el uso de capas de seguridad a Jerusalén, al Vaticano y a La Meca es la amenaza del terrorismo, específicamente el terrorismo islámico que ha apuntado a los santuarios y a los peregrinos desde la India hasta Europa.
En la última década la seguridad ha aumentado dramáticamente, incluyendo detectores de metales, pero sobre todo en el uso de cámaras y el despliegue de soldados armados y policía. Esto es a menudo para proteger de algún ataque a los fieles o al sitio.
En el caso del Monte del Templo, el Waqf argumenta que no quiere la seguridad, a diferencia de otros sitios sagrados o festivales que han buscado protección para la seguridad.