La intensificación de la crisis política y social en Israel despierta propuestas extremas, con voces exigiendo “dos Estados judíos”.
Israel carece de una constitución formal, contando solo con Leyes Básicas de estatus ambiguo. La última tentativa para establecer una constitución fue durante la 16.ª Knesset (2006-2009) liderada por el MK Michael Eitan (Likud).
Aunque la tentativa se quedó inconclusa, el documento está disponible en la página web de la Knesset. Las divisiones y polarizaciones dentro de la sociedad y la política han dificultado consensos en torno a este tema.
Los desacuerdos no solo prevalecen entre coalición y oposición, sino también en el interior de cada facción. Ambas partes discrepan fundamentalmente sobre cómo abordar la reforma del sistema judicial.
Desafíos del compromiso político
La necesidad de un compromiso real entre las partes involucradas es evidente. Sin embargo, la coalición propone reformas menores, mientras que la oposición busca un acuerdo de principios previo a la creación de nuevos proyectos de ley.
El ministro de Justicia, Yariv Levin, y otros líderes resisten compromisos de principio, y el movimiento de protesta desconfía de las intenciones del gobierno. Se sugiere que el primer ministro Benjamin Netanyahu debería concentrarse en acercamientos genuinos con la oposición.
La falta de una solución de compromiso ha llevado a la propuesta de soluciones alternativas, incluyendo la división de Israel.
La propuesta de dos Estados judíos
Una idea plantea la división de Israel en dos Estados: uno centrado en Tel Aviv, de carácter liberal laico, y otro en Jerusalén, de orientación religiosa conservadora. Esta propuesta encuentra simpatía entre liberales laicos que se sienten marginados en el actual contexto.
Aunque algunos laicos ven ventajas en la división, hay preocupaciones sobre la viabilidad de dos miniestados, especialmente en términos de defensa y cohesión militar. La diversidad de la sociedad israelí presenta desafíos para definir las fronteras de estos estados propuestos.
Existen numerosas divisiones dentro de la sociedad, desde la religiosa hasta la étnica, lo que complica aún más el panorama de una división clara y efectiva.
Perspectiva personal y llamado al compromiso
A pesar de las dificultades que presenta el pluralismo en Israel, hay quienes, siendo partidarios de un Estado plural, ven la propuesta de división como un paso atrás. Valorar el pluralismo y trabajar por un compromiso real parece ser una vía más prometedora.
La preferencia por un Estado plural, donde las diversas facetas de la sociedad israelí convivan, refleja el deseo de muchos de mantener una diversidad cultural y social rica y variada.
En medio de la crisis actual, la búsqueda de soluciones pasa necesariamente por el compromiso y el entendimiento mutuo, evitando opciones drásticas o divisiones artificiales.