El jefe del poder judicial de Irán, Gholamhossein Mohseni Ejei, ha exigido que se dicten sentencias con mayor celeridad en los casos de espionaje que impliquen presuntos vínculos con Israel. Afirmó que estos casos “no requieren una investigación exhaustiva” y deben avanzar con rapidez hacia la condena. Añadió que, cuando los hechos son evidentes, no existe justificación alguna para demoras judiciales.
Esta instrucción se produce mientras el Parlamento iraní aprobó una reforma legal que incrementa de forma drástica las penas por espionaje. El Consejo Supremo de Seguridad Nacional asumirá la responsabilidad de identificar a los gobiernos y grupos hostiles, mientras que el Ministerio de Inteligencia definirá las llamadas “redes subversivas”. En la práctica, la categoría de “gobiernos hostiles” alude, ante todo, a Israel y Estados Unidos, enemigos históricos de la República Islámica.
Israel, mediante una estrategia multinivel y multidimensional, neutralizó a los principales comandantes de los organismos de inteligencia y espionaje de Irán —incluidos el CGRI, la Fuerza Quds, el Basij, la Inteligencia Policial y otras fuerzas armadas del régimen islámico—, desmantelando de forma efectiva el núcleo de la capacidad de Teherán para reprimir y contrarrestar amenazas tanto internas como externas.