La escalada de tensiones en la frontera israelí-libanesa despierta temores de un conflicto amplio liderado por Hezbolá contra Israel.
Una coalición de amenazas: Hezbolá al frente
Informes emergentes sugieren una posible guerra multifrontal entre Israel y un conglomerado de organizaciones terroristas encabezadas por Hezbolá. Esta coalición es reforzada por milicias proiraníes dispersas en regiones estratégicas como Siria, Irak y Yemen, además de aliados como Hamás y la Yihad Islámica Palestina (YIP).
El epicentro de estas tensiones se localiza en la frontera entre Israel y el Líbano, con incidentes que van desde infiltraciones transfronterizas hasta la exhibición descarada de la unidad de élite Radwan de Hezbolá.
El espectro de un error de cálculo por parte de Nasralá, líder de Hezbolá, semejante al de 2006, resuena como una campana de alarma en la región.
Factores detrás del audaz despliegue de Hezbolá
El aumento de la audacia de Nasralá se cimienta en la percepción de la debilidad estratégica de Israel, influida por divisiones internas y desafíos sociopolíticos.
Los desafíos internos de Israel, desde la reforma legal hasta las divisiones entre el gobierno y las FDI, se perciben como vulnerabilidades. La posible degradación de la capacidad operativa de las FDI a fin de año, alimenta la confianza de Hezbolá.
Además, la construcción israelí de una barrera en la frontera libanesa intensifica las tensiones, acusando a Israel de intentar establecer un status quo en la disputada frontera.
El Líbano: un polvorín interno que alimenta la hostilidad
El actual clima político y económico en el Líbano alimenta la postura agresiva de Hezbolá hacia Israel. Las luchas internas y la parálisis gubernamental hacen mella en el tejido social libanés.
La grave situación económica del Líbano, exacerbada por la incapacidad de conseguir préstamos y una creciente crisis humanitaria, agudiza el escenario. En este ambiente, Hezbolá, con respaldo iraní, asume un papel protagonista.
Hezbolá se proclama como el guardián del Líbano frente a las disputas territoriales con Israel, validando sus provocaciones y evocando conflictos anteriores, como la disputa marítima de 2022.
Hamás y sus maniobras en la frontera libanesa
Fiel a su misión de perpetuar focos de conflicto, Hamás ha desarrollado una infraestructura militar en Líbano, desde donde ha atacado a Israel. Esta estrategia se inscribe dentro de un plan más amplio que busca un enfrentamiento conjunto con Israel.
Hezbolá, Hamás, y la PIJ han anunciado una “unidad de frentes”, insinuando que cualquier conflicto con Israel involucraría a otras organizaciones palestinas, milicias iraníes y otros actores regionales.
El escenario esboza una guerra multiarena contra Israel, extendiendo la batalla a diversas localizaciones y frentes simultáneamente.
La creciente capacidad militar de Hezbolá
A pesar de los intentos israelíes de impedir el contrabando de armas, Hezbolá ha fortalecido su arsenal con armas avanzadas provenientes de Irán. Además, han perfeccionado la precisión de sus sistemas de defensa y misiles.
La unidad Radwan, una fuerza terrestre de élite de Hezbolá, ha adquirido valiosa experiencia en la guerra civil siria, mejorando aún más sus capacidades operativas.
Estos avances señalan un posible escenario de “tormenta perfecta”, alertado por líderes de ambas facciones y una preocupación latente para civiles de ambos lados de la frontera.
Factores de contención en la arena israelí
Israel ha enfrentado recientemente desafíos internos que han debilitado a las FDI y erosionado su imagen disuasoria. Estos factores internos ponen en duda la capacidad de Israel para involucrarse en un conflicto de envergadura.
Asimismo, la posibilidad de un ataque israelí directo a Irán, potencial detonante de un enfrentamiento con Hezbolá, parece haber disminuido.
La situación política interna de Israel, sumado a estos desafíos, limita las opciones de respuesta del país ante amenazas externas.
El panorama libanés: Hezbolá y la opinión pública
Hezbolá enfrenta oposición interna en Líbano. Muchos libaneses no respaldan una nueva guerra que podría devastar aún más al país, ni la presencia militar de grupos palestinos en territorio libanés.
A pesar de su retórica militante, Hezbolá actualmente no parece tener un interés real en un enfrentamiento directo con Israel. Una guerra desencadenaría sufrimiento para la comunidad chiíta y el conjunto del Líbano.
Con la intención de reforzar su postura frente a Israel, Hezbolá busca establecer un “equilibrio del terror” robusto y creíble.
El brinkmanship de Nasralá y las lecciones del pasado
Nasralá, líder de Hezbolá, ha utilizado tácticas de brinkmanship para mejorar su estatus en la región. Sin embargo, no ha olvidado las consecuencias de la guerra de 2006.
A pesar de las tensiones y amenazas, actualmente, ninguna de las partes parece tener un interés genuino en desencadenar una guerra. Las posturas agresivas pueden estar más ligadas a objetivos políticos internos que a intenciones bélicas reales.