El triángulo entre Israel, Estados Unidos y China tiene todas las características de una exitosa película de espionaje geopolítico de Hollywood.
Dos superpotencias, llamémoslas Occidente y Oriente, están atrapadas en una guerra de palabras cada vez más hostil por la dominación mundial y el origen de una pandemia global que ha paralizado a la población mundial. Un país pequeño, pero influyente, llamémoslo “Little Guy”, se encuentra atrapado en el medio al aceptar la protección de Occidente y los conocimientos técnicos y de infraestructura de Oriente.
La semana pasada, el Secretario de Estado de Occidente realizó una visita relámpago a Little Guy para discutir “francamente” sobre este insostenible acercamiento a Oriente, que según él pone a ambos países, Occidente y Little Guy, en grave riesgo.
El portavoz del embajador de Oriente en Little Guy escribe un mordaz artículo de opinión en el principal diario/sitio web inglés de Little Guy, distorsionando el manejo de la pandemia por parte de Occidente y los comentarios de su Secretario de Estado.
Luego, un par de días más tarde, el embajador de Oriente, que llegó a su puesto durante el estallido de la pandemia, es encontrado muerto en su cama en su residencia en uno de los barrios más elegantes de Little Guy.
A primera vista, no debería pensarse en una conspiración internacional relacionada con la repentina muerte de Du Wei. La policía dice que no hay signos de juego sucio y presume que el embajador de 58 años sucumbió a un ataque al corazón mientras dormía.
Pero, en esta era donde nada es como parece, es natural especular sobre el momento de la muerte y las circunstancias en que los tres países de este improbable triángulo se encuentran en, un volátil enfrentamiento acusatorio de COVID-19, 5G y proyectos de construcción.
Tan pronto como la visita de alto perfil del Secretario de Estado de los EE.UU. Mike Pompeo y la creciente guerra de palabras entre los EE.UU. y China, es temporada abierta para que los conspiradores sugieran que hay una conexión con la muerte de Du Wei.
Como escribió Lahav Harkov del Post en una profunda inmersión en el polémico triángulo EE.UU.-Israel-China la semana pasada, la fricción entre los EE.UU. y China ha ido en aumento durante años. La conexión con Israel se ha filtrado en la disputa, ya que el Estado judío ha aumentado su cooperación económica con empresas chinas para inversiones y proyectos de infraestructura en todo el país, como la terminal del puerto de Haifa, que se está construyendo y será operada por una empresa china.
Los EE.UU. se han vuelto cada vez más cautelosos con esos vínculos, diciendo que podrían plantear amenazas de seguridad cibernética y de inteligencia, y tanto Pompeo como el presidente de los EE.UU. Donald Trump han advertido a Israel que si no frena sus vínculos con China, la cooperación en materia de seguridad y el intercambio de inteligencia con los EE.UU. podría ser limitada.
¿Qué tiene todo esto que ver con la repentina muerte de Du Wei, quien, en su editorial del Jerusalén Post y otros foros, rechazó firmemente la mala conducta de China en la propagación global del coronavirus y que Trump lo llamó el “virus de China”?
Probablemente nada. Pero ten por seguro que, debido a la muerte de Du Wei, hay un guionista de Hollywood o de Tel Aviv que ya está dando los últimos toques al tratamiento del próximo gran thriller geopolítico internacional, con Israel en el centro.