Israel incrementa su ofensiva contra el grupo terrorista Hamás en Rafah, al sur de Gaza, tras semanas de advertencias.
El primer ministro Benjamin Netanyahu, junto con altos funcionarios, afirma que la operación militar es inminente, a pesar de la creciente preocupación internacional encabezada por Estados Unidos. La zona, hogar de más de un millón de desplazados por los combates entre Israel y Hamás, está en el epicentro de la tensión mundial.
Netanyahu, resistiéndose a la presión mundial, sostiene que para lograr la “victoria total” es crucial avanzar sobre Rafah, el corazón de las operaciones de Hamás. En un gesto hacia la diplomacia, aceptó enviar una delegación a Washington para discutir los planes con Estados Unidos.
El enfrentamiento entre Israel y Hamás se desencadenó a raíz de un inesperado ataque de Hamás el 7 de octubre. Netanyahu se propuso desmantelar la infraestructura militar de Hamás y rescatar a los rehenes capturados, que superaban las 250 personas, en su mayoría civiles israelíes. Hasta la fecha, se ha liberado a 123, algunos mediante operaciones militares y otros como parte de las primeras negociaciones con Hamás. Los informes de inteligencia indican que al menos 30 rehenes pueden haber muerto.
Se prevé que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, visite Israel este viernes para abordar las intenciones israelíes en Rafah y la marcha de las negociaciones en Qatar centradas en la liberación de los rehenes y la consecución de un alto el fuego.
Estrategia militar en Rafah: Punto de inflexión en la guerra entre Israel y Hamás
Con el avance de la ofensiva militar israelí sobre Gaza, Rafah se perfila como el último bastión por conquistar. Las Fuerzas de Defensa de Israel han neutralizado 18 de los 24 batallones de Hamás, lo que sugiere que las fuerzas restantes se concentran en Rafah. Esta situación sitúa a Rafah como la pieza central de la estrategia militar israelí.
Netanyahu, en recientes declaraciones tras las conversaciones con el presidente Biden, ha subrayado la importancia estratégica y la complejidad de actuar en Rafah. A pesar de los desacuerdos con aliados internacionales, aseguró que Israel siempre ha actuado en pos de su seguridad.
La relevancia de Rafah se debe, en parte, a las constantes menciones de Netanyahu y a su papel como punto de entrada del contrabando de armas a Gaza, gracias a su porosa frontera con Egipto. El control del Corredor Filadelfia, una franja de 13 kilómetros adyacente a Egipto, se ha convertido en crucial para los esfuerzos de Israel en su lucha contra Hamás.
El dominio de Rafah se presenta como esencial para la victoria israelí, según Efraim Inbar, presidente del Instituto de Estrategia y Seguridad de Jerusalén. Sin embargo, la gestión de la guerra y la presión internacional podrían obligar a Israel a reconsiderar su estrategia, dejando a Hamás sin un golpe definitivo y anotándose un punto a favor del grupo terrorista.
Rafah en el punto de mira: Desafíos militares y humanitarios para Israel
La perspectiva de una operación militar en Rafah plantea un desafío crucial a la disuasión de Israel en una región que ha estado atenta desde el comienzo de la guerra el 7 de octubre. Este escenario añade una complejidad adicional al reto humanitario al que se enfrenta Israel al considerar una incursión terrestre en esta zona densamente poblada.
Antes de la guerra, Rafah albergaba aproximadamente 300.000 residentes. Esta cifra ha aumentado a más de 2 millones debido a la afluencia de desplazados de otras partes de Gaza, lo que convierte a Rafah en un centro crítico para la distribución de ayuda humanitaria. La posibilidad de una operación militar israelí en Rafah plantea graves riesgos para la ya precaria situación humanitaria.
Efraim Inbar critica la estrategia bélica de Israel, sugiriendo un enfoque diferente que habría evitado concentrar a la población civil en Rafah, complicando así los planes militares. Netanyahu ha confirmado la aprobación de los planes de acción en Rafah, pero el ejército ha visto reducida considerablemente su presencia en Gaza. El Estado Mayor ha liberado a gran parte de los reservistas llamados a filas al principio de la guerra, reasignando a muchos al servicio regular en otras zonas.
Según Eitan Shamir, del Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos, la preparación actual del ejército no favorece la realización inmediata de una operación tan compleja. Mientras tanto, las negociaciones para la liberación de los rehenes suponen un freno adicional a cualquier acción militar, ya que una invasión comprometería su éxito. La opinión pública israelí está dividida sobre el coste de la liberación de los rehenes, aunque existe un clamor generalizado para que se resuelva la situación de los ciudadanos capturados por Hamás.
Las familias de los rehenes y sus partidarios siguen presionando al gobierno mediante manifestaciones, en busca de un acuerdo que garantice su liberación antes de cualquier operación en Rafah. Shamir subraya que los dirigentes israelíes desean demostrar su compromiso con la liberación de los rehenes, conscientes de que su seguridad se vería gravemente comprometida en caso de una ofensiva militar.
Presiones y dilemas en torno a Rafah
Se especula con que los líderes de Hamás, incluido Yahya Sinwar, su máximo dirigente, se refugian en túneles bajo Rafah, utilizando a rehenes israelíes como escudos humanos. Esta táctica subraya la complejidad de cualquier operación militar israelí en la zona.
Shavit sugiere que las advertencias israelíes sobre Rafah podrían ser una estrategia para influir en Hamás para que libere a los rehenes. La importancia de un acuerdo es alta para Estados Unidos, que ve en él la posibilidad de una tregua que conduzca a un alto el fuego más duradero y a una solución de la crisis humanitaria.
La presión internacional aumenta con el anuncio por parte de Canadá de un embargo de armas contra Israel. Aunque Israel no depende críticamente del armamento canadiense, esta medida podría sumar presión acumulativa. Mientras tanto, los líderes europeos instan en Bruselas a un alto el fuego inmediato y advierten a Israel contra un ataque a Rafah.
“La situación presagia un aumento de la presión internacional sobre Israel”, señala Shamir. Sin embargo, el apoyo de la opinión pública israelí a la campaña contra Hamás sigue siendo firme, con un consenso cada vez mayor sobre la necesidad de neutralizar la amenaza que supone Hamás desde el sur.
Shavit subraya que sin abordar las operaciones de Hamás en Rafah y detener el contrabando, Israel no puede pretender tener el control de Gaza. Un fracaso en las negociaciones del alto el fuego podría aumentar la presión pública para actuar en Rafah como último paso no dado.
Netanyahu, consciente de la crucial relación con Estados Unidos en términos de apoyo internacional y militar, ha retrasado cualquier acción final en Rafah, una decisión que podría mantenerse indefinidamente. “Israel está muy lejos de una operación en Rafah, tanto militar como políticamente”, señala Shamir.
Mientras Israel evalúa su estrategia, la dinámica en Rafah y su papel en la guerra con Hamás siguen siendo un punto crítico en el panorama de la seguridad regional. Con las tensiones internacionales y las deliberaciones internas, la decisión de Rafah podría marcar un punto de inflexión en la guerra, obligando a Israel a equilibrar sus objetivos militares con las consecuencias diplomáticas y humanitarias.