Irán está poniendo en marcha una nueva doctrina diseñada para adelantarse a cualquier respuesta a su ataque a un barco frente a la costa de Omán.
En la última semana y media, después de que un petrolero llamado Mercer Street fuera atacado por primera vez el 29 de julio, antes de que dos de sus tripulantes murieran el 30 de julio, Irán ha sido señalado como culpable. Estados Unidos y el Reino Unido han acusado a Irán y se ha hablado con dureza. Luego, de repente, se dispararon cohetes contra Israel la semana pasada.
Esta fue la anticipación de Irán. Calentar el norte de Israel, para demostrar que puede atacar donde quiera si se le presiona sobre el ataque al petrolero.
Es importante escuchar la lógica y la narrativa de Irán aquí. Irán lo ha expuesto a través de los mensajes de los medios de comunicación y los discursos de sus apoderados, así como en las reuniones con los principales líderes de Hamás, Hezbolá y otros terroristas durante la toma de posesión de su nuevo presidente Ebrahim Raisi. El jefe del CGRI, Hossein Salami, y el funcionario clave Ali Shamkhani asistieron a varias reuniones y parece que el mensaje se emitió al mismo tiempo.
¿Cuál era el mensaje? Irán dijo a través de Al-Alam TV y Press TV que el ataque frente a la costa de Omán era una represalia. Afirmó que era una represalia por los anteriores ataques israelíes. Eso significa que Irán sintió que había igualado el marcador. Las duras palabras de Estados Unidos, Reino Unido e Israel han puesto a Irán en apuros. Ha advertido al Reino Unido y a Israel. “Es posible que haya advertido a Estados Unidos a través de otros canales. Al parecer, según un informe, Estados Unidos presionó a Israel para que no modificara las reglas de enfrentamiento contra Hezbolá antes de la celebración de otra ronda de conversaciones nucleares con Irán el mes que viene”, informó el periódico londinense Asharq Al-Awsat, citando a una alta fuente diplomática.
Esto es importante porque significa que Irán pudo poner en juego a Hamás y a Hezbolá, y posiblemente a unidades con base en Irak, así como a las milicias con base en Irak y a los hutíes respaldados por Irán en Yemen, como parte de un esfuerzo regional concertado. Si Irán se siente presionado en el Golfo, puede atacar en otros lugares. Pero no se trata solo de golpear. Están presionando a Hezbolá y a Hamás y a otros actores de primera línea para crear complejidad, disuasión y resultados imprevisibles para Israel tras el ataque al petrolero.
El presidente francés, Emmanuel Macron, habló con el presidente de Irán, Raisi, según los informes del lunes. “La República Islámica se toma muy en serio la seguridad y el mantenimiento de la disuasión en la región del Golfo Pérsico y el Mar de Omán”, dijo Raisi a los franceses. ¿Qué significa esto? Lo escuchamos también en el reciente discurso del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah. El 7 de agosto dijo que Hezbolá respondió a la artillería y los ataques aéreos israelíes. “Esto fue para reforzar la vieja ecuación de disuasión, y no para crear una nueva como algunos han dicho”. Pero qué pasa con el hecho de que Hezbolá haya habilitado zonas que controla para disparar cohetes contra Israel el miércoles 4 de agosto. Hezbolá había empezado esta ronda, en cierto sentido. Pero también dijo abiertamente que la continuaría, cohete por cohete, contra Israel.
El 1 de agosto, el jefe del Estado Mayor de las FDI, Aviv Kochavi, concluyó una conversación con su homólogo británico, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Sir Nick Carter. “Los dos discutieron los recientes acontecimientos en la región y los desafíos comunes a los que se enfrentan ambos países”, decía un comunicado. Al parecer, Irán puso en marcha una doctrina de anticipación en las 48 horas siguientes. Luego, el viernes 6 de agosto, Hezbolá disparó una salva de cohetes contra una zona fronteriza deshabitada de Israel.
Nasrallah dio su discurso al día siguiente. Esto es un mensaje claro y coordinado. Irán ha estado buscando disuadir, ser impredecible y poner en juego sus unidades de primera línea, que son sus apoderados y aliados y socios en Líbano, Siria y Gaza. Se trata de una nueva doctrina de anticipación en cierto sentido. Irán quiere presentar a Israel una multiplicidad de amenazas y líneas de frente.
También lo desveló en mayo, durante los preparativos del conflicto de Gaza. Amenazó a Israel e hizo que sus apoderados dieran discursos en las horas previas al Día de Quds y después, todos ellos dirigidos a desafiar a Israel. Entonces Hamás lanzó unos 4.000 cohetes en 10 días e Irán lo apoyó abiertamente y sus medios de comunicación celebraron lo que consideraron un intento de poner a prueba a Israel. Irán también lanzó un dron al espacio aéreo israelí el 18 de mayo, probablemente guiándolo desde Siria. El 17 de mayo, las Fuerzas de Defensa de Israel dijeron que habían detectado “seis intentos fallidos de lanzamiento desde Líbano que no cruzaron el territorio israelí”. El 19 de mayo, se dispararon más cohetes desde Líbano hacia Israel, mientras el conflicto entre Israel y Hamás se iba apagando.
Lo que esto muestra es una respuesta iraní más compleja y probablemente una ilustración de lo que está por venir. Irán quiere poner en juego esta doctrina preventiva. Quiere distraer a EE.UU., Reino Unido e Israel del incidente frente a Omán y de los informes emergentes que indican que Washington y Londres respaldan una respuesta y que Londres podría responder en alguna parte.