• Quiénes somos
  • Contacto
  • Embajadas
  • Oficina PM
  • Directorio
  • Jerusalén
  • Condiciones de servicio
  • Política de Privacidad
miércoles, mayo 14, 2025
Noticias de Israel
  • Inicio
  • FDI
  • Gaza
  • Terrorismo
  • Mundo
  • Zona de guerra
  • Siria
  • Irán
  • Antisemitismo
  • Tecnología
  • Arqueología
  • Inicio
  • FDI
  • Gaza
  • Terrorismo
  • Mundo
  • Zona de guerra
  • Siria
  • Irán
  • Antisemitismo
  • Tecnología
  • Arqueología
Noticias de Israel

Portada » Opinión » La guerra de Rusia contra los medios de comunicación es muy real

La guerra de Rusia contra los medios de comunicación es muy real

Por: Ilan Berman

por Arí Hashomer
26 de enero de 2022
en Opinión
La guerra de Rusia contra los medios de comunicación es muy real

Creative Commons

Dentro de unos años, cuando los estudiosos miren hacia atrás en el descenso contemporáneo de Rusia hacia el autoritarismo, es probable que señalen 2021 como el año en que el Kremlin finalmente logró matar a los medios de comunicación rusos. Esto se debe a que, en los últimos doce meses, el gobierno del presidente Vladimir Putin ha llevado a cabo lo que equivale a un asalto sin precedentes a la información dentro de la Federación Rusa.

La estrategia del gobierno ruso consta de dos partes. Desde el punto de vista del procedimiento, las autoridades de Moscú han aplicado normas estrictas y han emprendido acciones legales para reducir los parámetros de la expresión aceptable y la información disponible en el país. Al mismo tiempo, el Kremlin ha tratado de cooptar la esfera de los medios sociales de Rusia por diversos medios, desde la toma de control de la plataforma más influyente del país hasta la prohibición de la tecnología necesaria para el acceso sin restricciones a la World-Wide Web por parte de sus opositores.

En este esfuerzo, el arma más potente del gobierno ruso ha sido, sin duda, la legal. Hace casi una década, la cámara baja del parlamento ruso aprobó una ley draconiana que designa a las organizaciones y activistas que reciben financiación del extranjero como “indeseables” y “agentes extranjeros” que representan una amenaza potencial para la seguridad nacional. Desde entonces, el Kremlin ha utilizado esta disposición contra una serie de enemigos políticos, como la Fundación Anticorrupción del ahora encarcelado crítico Alexei Navalny y el centro de derechos humanos Memorial, que se dedica a desenterrar las atrocidades de la era soviética. Pero también se ha ampliado y modificado para incluir una lista cada vez mayor de objetivos cuyos mensajes se consideran hostiles al Kremlin.

Entre ellos destacan las agencias de noticias con financiación extranjera. En 2017, el Kremlin clasificó a cualquiera de estos medios como agentes extranjeros y los obligó a revelar sus fuentes de financiación y a colocar avisos en todos sus contenidos. Los que no lo hacen se enfrentan a fuertes multas o a la posibilidad de que se les prohíba operar en Rusia por completo. Esa es la situación a la que se enfrenta ahora Radio Free Europe/Radio Liberty, una emisora clave del gobierno de Estados Unidos que desempeñó un papel fundamental a la hora de hacer llegar la información a las poblaciones situadas detrás del Telón de Acero durante la era soviética. El mes pasado, seis de los periodistas de RFE/RL fueron incluidos en la lista negra de “agentes extranjeros” del Kremlin, y el servicio se enfrenta ahora a más de 13 millones de dólares en multas impuestas por el censor estatal ruso, ROSKOMNADZOR, por incumplimiento de la orden de “agente extranjero”. El objetivo global de estas medidas, están convencidos sus ejecutivos, es expulsar a RFE/RL de Rusia por completo.

Más noticias

Sudáfrica: tensiones entre el ANC y la comunidad judía

Tensiones entre el ANC y la comunidad judía en Sudáfrica

Un refugiado sudanés reconstruye su vida en Israel tras 14 años

Un refugiado sudanés reconstruye su vida en Israel tras 14 años

Hamás admite que no previó respuesta israelí: “Nadie esperaba que fueran tan bárbaros”

¿Vale la pena negociar con Hamás sobre los rehenes?

La sonriente “diplomacia” prodictatorial

La sonriente “diplomacia” prodictatorial

Sin embargo, la campaña de Moscú contra los medios de comunicación es mucho más amplia. En el último año, el Kremlin también ha atacado a otros periodistas y canales de noticias que considera amenazantes (o simplemente antipáticos). Entre ellos están el sitio web de noticias Meduza (designado en abril de 2021), el medio de investigación The Insider (designado en julio de 2021) y el canal de televisión independiente Dozhd (designado en agosto de 2021). En total, hay 75 personas y más de tres docenas de medios de comunicación etiquetados como “agentes extranjeros” por el Ministerio de Justicia de Rusia. El objetivo es muy claro: socavar la credibilidad de los designados y dificultar el cuestionamiento de la interpretación de la realidad aprobada por el Kremlin.

Al mismo tiempo, el gobierno ruso también ha ampliado drásticamente su control sobre la esfera de las redes sociales del país. A principios de diciembre, el gigante estatal del gas natural GAZPROM, a través de una filial, se hizo con una participación mayoritaria en VKontakte (VK), la popular plataforma de medios sociales que sirve de versión rusa de Facebook. El acuerdo es la culminación de una serie de acuerdos comerciales por los que el director general de VK, el multimillonario financiero Alisher Usmanov, renunció al control de la plataforma, que se calcula que tiene unos 100 millones de usuarios. Como resultado, GAZPROM tiene ahora más del 50% de los derechos de voto en VK, lo que hace que la plataforma (ya acusada de estar demasiado cerca del gobierno ruso) dependa más que nunca de la gracia del Kremlin.

Simultáneamente, las autoridades de Moscú están intentando activamente limitar las fuentes de información externas disponibles para los rusos. En otoño de 2021, las nuevas restricciones promulgadas por ROSKOMNADZOR prohibieron efectivamente TOR, un software de encriptación que permite a los usuarios saltarse las restricciones de la web y navegar por ella de forma anónima. La medida forma parte de lo que el periodista ruso Andrei Soldatov ha calificado como “un ataque sistemático a las tecnologías que podrían utilizar los usuarios del país para saltarse la censura”. La medida, dice Soldatov, es significativa “porque el software permite a los usuarios acceder a sitios y páginas web bloqueados por las autoridades”.

Moscú también está apretando a las “grandes tecnológicas”. En diciembre, un tribunal ruso multó a Google con casi 100 millones de dólares y a la empresa matriz de Facebook, Meta, con unos 27 millones. ¿Sus delitos? No haber eliminado sistemáticamente los contenidos prohibidos” de sus plataformas. Aunque estas empresas (y otras) se han enfrentado a multas con anterioridad, la magnitud de las últimas sanciones ha llevado a especular que “se ha tomado la decisión política de expulsar a los servicios occidentales de Rusia”.

El resultado agregado de estas medidas no es otra cosa que un “asalto a la verdad” por parte del gobierno ruso. Es un proyecto que sirve a un claro propósito geopolítico, permitiendo al Kremlin dar forma a la narrativa que rodea su aventurerismo exterior y oscurecer el verdadero estado de cosas políticas y económicas dentro de sus propias fronteras. Por eso, para el gobierno ruso, el espacio informativo se ha convertido en un campo de batalla cuyo control es ahora una prioridad cardinal.

© 2017–2025
No Result
View All Result
  • Inicio
  • FDI
  • Gaza
  • Terrorismo
  • Mundo
  • Zona de guerra
  • Siria
  • Irán
  • Antisemitismo
  • Tecnología
  • Arqueología

© 2019 - 2025 Todos los derechos reservados.