En las últimas semanas, los habitantes de Gaza enviaron cientos de cometas terroristas a través de la frontera con Israel, causaron más de 400 incendios, destruyeron millones de dólares en agricultura, mataron animales y pusieron en peligro vidas humanas, todo ello además de un gran daño ambiental.
Estas no son protestas pacíficas. Más bien, son acciones espantosas y peligrosas, que deben ser condenadas por todas las personas decentes y sensatas. Estas “cometas” son una forma de terrorismo destinado a asustar, herir y matar a los judíos.
La semana pasada, se informó que los zapadores de la policía israelí hicieron estallar un globo lanzado desde Gaza con el mensaje “I ♥ You”. El lunes, hubo informes de que los escuadrones de Hamás estaban usando condones con líquidos inflamables para atacar al Estado Judío en lugar de globos o cometas terroristas.
Estas cometas terroristas y sus sucesores marcan una nueva fase en la guerra de Hamás contra Israel.
Con los años, Hamás se ha mostrado adaptable. Ya se trate de ataques suicidas desde la década de 1990 hasta principios de la década de 2000 o cohetes, secuestros y túneles terroristas, la organización, que ejerce un completo control militar y político sobre la Franja de Gaza, ha cambiado sus métodos de ataques contra Israel. Pero nunca ha renunciado a su objetivo genocida de la aniquilación total del Estado Judío.
Israel, afortunadamente, también ha sido adaptable. Para luchar contra los ataques con cohetes, Israel desarrolló el sistema Cúpula de Hierro, que ha demostrado ser una herramienta eficaz contra el terrorismo aéreo. Y para luchar contra la amenaza de ataques a través de túneles terroristas, Israel ha desarrollado una tecnología de barrera de vanguardia.
Aunque Hamás gastó millones o miles de millones de dólares para reponer su arsenal y reconstruir la estructura de su túnel desde su guerra de 2014 contra el Estado Judío, las contramedidas israelíes han mitigado hasta ahora la amenaza que presentan los cohetes y túneles de Hamás.
Dada la poca influencia que ha venido teniendo para con Israel, Hamás trató de cambiar el rumbo al anunciar que lanzaría una “Gran Marcha de Retorno”, intentando abrumar a Israel con números absolutos. Yahya Sinwar, el líder de Hamás en Gaza, no pudo haber sido más claro sobre su objetivo: “Destruiremos la frontera y arrancaremos sus corazones de sus cuerpos”.
Hamás quería que la gente olvidara que la miseria de los ciudadanos de Gaza es el resultado directo de su despilfarro de cientos de millones de la ayuda extranjera en túneles y cohetes para atacar a Israel. También querían ganar la batalla de relaciones públicas con Israel. Al presentar la marcha como “pacífica”, pero sabiendo que ninguna nación toleraría que se rompieran sus fronteras, Hamás sabía que el Estado Judío tendría que defenderse, y que la muerte de “manifestantes” supuestamente desarmados dañaría la imagen de Israel.
La estrategia cínica funcionó e Israel se encontró condenado por una resolución de la Asamblea General de la ONU a principios de este mes, a pesar de que incluso Hamás reconoció que la gran mayoría de los muertos por Israel eran efectivamente miembros del propio grupo terrorista. Varias más de las muertes fueron reclamadas por la Jihad islámica palestina.
La resolución auspiciada por Kuwait en la ONU, sin embargo, ni siquiera mencionó a Hamás. Aparte del impulso en las relaciones públicas que Hamás buscó y recibió, parece que los disturbios violentos pueden haber sido una distracción de un plan subyacente para infiltrarse y llevar a cabo ataques terroristas en Israel.
A pesar de que los violentos disturbios semanales estaban en curso, Israel detectó y destruyó túneles terroristas. El 15 de abril, Israel destruyó un túnel descrito como el “más largo y profundo” descubierto hasta la fecha. Un portavoz del ejército dijo en ese momento: “Los disturbios violentos son una tapadera para los intentos terroristas por encima y por debajo del suelo”.
Aunque los disturbios violentos semanales liderados por Hamás han disminuido un poco durante el último mes, los ataques de fuego perpetrados por cometas terroristas y globos han persistido y aumentado. Según las últimas estimaciones, cientos de incendios se han encendido, consumiendo miles de acres en granjas, bosques y reservas naturales en el sur de Israel.
E Israel continúa encontrando túneles terroristas. El último fue el primero que se detectó que corría bajo el agua. El objetivo aparente de este túnel era permitir que los “hombres rana” de Hamás salgan al Mediterráneo sin ser detectados y luego aterricen en Israel para llevar a cabo un ataque terrorista.
Además del peligro de que los escuadrones de cometas terroristas pudieran poner en peligro aún más vidas, estos ataques bien podrían ser una cobertura para los intentos de Hamás de lanzar un ataque terrorista audaz y devastador en territorio israelí.
Una cosa, sin embargo, es cierta: Hamás, en sus esfuerzos por cumplir los términos de su carta genocida, continuará inflamando la región con disturbios, incendios y terrorismo, de la misma manera que lo hizo durante la “Gran Marcha del Retorno”. Los medios pueden cambiar, pero el objetivo de Hamás sigue siendo el mismo.
La comunidad internacional y todos aquellos que realmente se preocupan por la paz deben responsabilizar inequívocamente a Hamás por estos actos cobardes de violencia.