Puede que la administración Biden haya tardado unos días en empezar a utilizar finalmente el término “comunista” para describir al gobierno de Cuba. Aun así, la afirmación inicial del Departamento de Estado de que las protestas cubanas se debían exclusivamente a la Covid-19 revela un intento inútil de controlar la narrativa.
La izquierda estadounidense tiene claramente un problema de comunicación cuando se trata de Cuba.
Este problema se hizo más evidente el miércoles, cuando la principal rama activista de la izquierda, Black Lives Matter (Las vidas negras importan), emitió una verbosa declaración que culpaba de la situación de Cuba no al régimen autoritario, sino únicamente al embargo comercial de Estados Unidos. La declaración apenas se detuvo para declarar el apoyo directo al régimen cubano.
Aparentemente, BLM está de acuerdo con la violencia policial, siempre y cuando sea llevada a cabo por un régimen fundado en principios marxistas. También es irónico que la solución de BLM a los problemas económicos de Cuba sea simplemente una mejor relación comercial con la América capitalista y “racista”. Esta “solución” es una admisión de que el comunismo es inherentemente defectuoso.
Pero seamos claros. Lo que está ocurriendo a 90 millas al sur de Florida no se debe al embargo, y definitivamente no se debe a Covid-19. Por el contrario, es el resultado de un régimen criminal que sigue reprimiendo a su pueblo violentamente. Un régimen para el que la izquierda estadounidense suele estar encantada de cargar con agua.
El aumento de las infecciones por Covid-19 en el país insular ha puesto al descubierto su maltrecho sistema sanitario. Pero Cuba mantiene sólidas relaciones comerciales con países de todo el mundo. Por lo tanto, es un argumento horrible y de última hora de la izquierda insistir en que el régimen comunista necesita depender del comercio de libre mercado con Estados Unidos para prosperar. El embargo estadounidense no restringe los medicamentos. Además, ¿no tiene la Unión Europea un mercado de exportación de bienes de alto valor para Cuba? El punto básico es que este régimen inhibiría la prosperidad incluso sin un embargo.
La inmoralidad de la izquierda sobre Cuba no termina ahí.
El Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ha dejado claro ahora que Estados Unidos rechazará a los refugiados cubanos. Un reproche tan frío a los cubanos que huyen de la violencia deja claro que si los demócratas no pueden sacar provecho político de la inmigración, es mejor que los inmigrantes se queden en casa. Cabría preguntarse, viendo el fuerte apoyo de los cubanoamericanos al Partido Republicano, si los demócratas no quieren perjudicar sus posibilidades en las urnas.
La lucha del pueblo cubano por la libertad expone la falsa apariencia de la izquierda. Los liberales estadounidenses impulsan políticas socialistas de asistencia sanitaria y redistribución de la riqueza, incluso cuando Cuba demuestra la cúspide catastrófica de esas políticas.
Esta crisis ha demostrado que los demócratas no son el partido limpio y altruista que dicen ser. También ha expuesto a un público más amplio las siniestras entrañas de grupos como BLM. Quizá más gente se dé cuenta.