Las agresiones colectivas de Fin de Año de 2015 en centro y norte de Europa no son más que los prolegómenos de lo que les espera a las mujeres europeas.
Hablando desde su propia experiencia predicadores musulmanes del Reino Unido aseguran que las mujeres no deberían ser YouTubers porque los hombres se masturban en sus videos.
Puede que hablen por su propia experiencia y/o por la de sus correligionarios.
Predicador musulmán 1: Si su esposa está saliendo delante de la gente, mostrándose a sí misma, avergonzándose a sí misma, estando histérica y riéndose, y todo esto delante de la gente. O tal vez solo se están riendo de ella. Algunas personas son pervertidas, solo están ansiosas por ella…
Predicador musulmán 2: De hecho, conozco a un chico que, cuando mira a un Youtuber, en realidad se masturbaba con ella. Sepa que sus esposas se están expresando así, de esa manera. Y tienes muchachos que les están mirando así.
También dicen que los maridos de los YouTubers femeninos son “dajus” y no tienen Gheera (celos protectores) sobre sus mujeres. Por lo tanto, no pueden ir al Paraíso de Alá-. [1]
La capital de Egipto, El Cairo, es la megaciudad más peligrosa del mundo para las mujeres. Mientras las mujeres de todo el mundo presentan historias de acoso sexual, un informe de la Fundación Thomson Reuters muestra que El Cairo es la megaciudad más peligrosa para las mujeres del mundo y se ha vuelto más peligrosa desde los levantamientos de 2011. El Cairo se estableció como una megaciudad a menudo insegura para las mujeres en 2011 con una serie de agresiones sexuales de alto perfil en la Plaza Tahrir. Desde entonces, la situación solo ha empeorado, según una encuesta realizada por Thomson Reuters Foundation.
Las mujeres en El Cairo son objeto de acoso a diario, según los expertos. Desde 2011, las condiciones económicas en la capital egipcia y en todo el país se han deteriorado. El alto desempleo significa menos oportunidades para que las mujeres ganen su independencia económica y financiera, así como un exceso de hombres frustrados y sin trabajo, especialmente entre los jóvenes, y la educación musulmana sobre la inferioridad biológica e innata de la mujer.
“La economía se ha vuelto tan mala en los últimos dos o tres años que sufrimos un contratiempo al pensar que los problemas de las mujeres no son una prioridad”, Omaima Abou-Bakr, cofundadora de Women and Memory Forum, una organización no gubernamental que trata de mejorar la débil y frágil posición de las mujeres árabes en su cultura, dijo a la Fundación Thomson Reuters.
Entre los países musulmanes, Egipto es uno de los más respetuosos con las mujeres, debido a que ha recibido influencia mucha más influencia de Occidente, tiene una minoría cristiana (copta) -que a pesar de estar discriminada y maltratada- ha ejercido una mayor influencia en los egipcios en el respeto hacia las mujeres y ha suavizado el trato hacia ellas, a diferencia de otros países musulmanes como Afganistán, Somalia, Sudán del Norte, Arabia Saudita, Yemen, -no occidentalizados y sin minorías judías y/o cristianas – el trato hacia las mujeres es mucho más vejatorio que en el moderno Egipto.
El 43 por ciento de los hombres egipcios todavía cree que a las mujeres les gusta ser acosadas sexualmente. En una encuesta reciente realizada por Mujeres de la ONU y Promundo, una organización brasileña que lucha por la igualdad de género, se reveló que alrededor del 43 por ciento de los hombres en Egipto creen que a las mujeres les gusta y admiran el acoso sexual. Además, el 71 por ciento de los hombres marroquíes están de acuerdo con esta teoría.
Informes anteriores de organizaciones nacionales e internacionales sugirieron que más del 99 por ciento de las mujeres egipcias han sido víctimas de acoso sexual. El 43 por ciento de varones egipcios y el 71 por ciento de varones marroquíes expresaron su opinión sobre el tema y mencionaron claramente que “las mujeres están excitadas por el acoso”. Sus puntos de vista también pueden traducirse en “mujeres como ser violadas físicamente, perseguidas en la oscuridad en su camino a casa, escondidas detrás de automóviles en las calles para escapar de sus acosadores, o las mujeres preferirían vivir del miedo y la duda en lugar de trabajos reales”.
Estos hombres justifican las acciones degradantes de acoso sexual hacia las mujeres culpando a las mujeres y citan “la ropa ajustada que visten estas chicas” o que “las chicas que comen en público quieren ser hostigadas” y que “las mujeres y las niñas están contentas cuando son objeto de acoso sexual”.
Según el informe que entrevistó a unas 10.000 personas de Medio Oriente, tanto hombres como mujeres, el 64 por ciento de los hombres egipcios admitió haber acosado a mujeres. Además, la gran mayoría de los encuestados culpan a las mujeres por el acoso sexual.
Esta es la visión que los hombres musulmanes tienen sobre sus conciudadanas y correligionarias musulmanas. Pero la que tienen sobre las mujeres no-musulmanas es muchísimo peor, sin comparación posible.
El mismo Corán y los hadices consideran a las mujeres infieles, las no-musulmanas, como botín de guerra y potencialmente esclavas sexuales, mera mercancía sexual.
De estos textos sagrados para el Islam emana la ideología que permite a los musulmanes el Taharrush, las violaciones colectivas de musulmanes contra mujeres en occidentales que se remontan desde 1998.
A mediados de enero de 2018 se ha juzgado a Mohammed Katar, de 50 años de edad, por haber agredido sexualmente y manoseado a una joven en las nalgas y el muslo mientras descendía por una escalera hacia la piscina en Mercer Hall, Great Harwood (Reino Unido).
El abogado del agresor musulmán, también musulmán, Raj Chopra declaró que la mujer asaltada en la piscina se habrá “olvidado” en dos o tres días, por lo que “prohibir a Mohammed Katar usar baños públicos de natación donde las mujeres estaban presentes sería draconiano”, ha informado el Lancashire Telegraph.
“Fue un incidente breve y estas cosas se olvidan en dos o tres días”, declaró el abogado.
Argumento convincente para una mentalidad que se ha amamantado y adoctrinado en “los valores” del supremacismo islámico, en el que las mujeres son mera mercancía sexual, los homosexuales no tienen derecho a la vida, tampoco los judíos, y tampoco los cristianos; y que los judíos son descendientes de monos y los cristianos de cerdos, y ellas una “cerdas”, por lo que es “correcto” islámicamente hablando agredirlas y violarlas.
Por: Eduard Yitzhak | En: PorIsrael.org