He visto a los actores bajando de sus áticos del Reino Encantado en Manhattan y bailando extáticamente en la calle
He visto al Partido Comunista Chino vislumbrar felizmente una “oportunidad”
He visto escritores azucarados arrodillados seducidos por el espíritu de la época.
He visto a todos los editores descorchando botellas de champán colocadas en la nevera hace cuatro años
He visto al Papa Francisco preparándose para reunirse con el Presidente de los Estados Unidos.
He visto organizaciones que perciben la realidad como en las novelas de Philip Dick felicitándose mutuamente.
He visto a los iraníes y a los palestinos respirar un gran suspiro de alivio.
He visto a la Unión Europea más animada que nunca.
He visto a la ONU haciendo un balance del dinero que fluirá de nuevo.
He visto universidades de EE.UU. que ya trabajan en cursos de reeducación para el hombre blanco malo.
He visto la celebración en “Cordicopolis”, la ciudad del corazón de Philippe Muray.
He visto a Greta Thunberg sonriendo de nuevo.
He visto todo esto y mucho más y aún no ha comenzado, pero ya extraño esos “deplorables” de Donald Trump.
Porque cuando los autodenominados “buenos chicos” occidentales son demasiado felices, nada bueno va a pasar en Occidente.
Giulio Meotti es, un periodista italiano de Il Foglio, escribe una columna dos veces por semana para Arutz Sheva. Es el autor, en inglés, del libro “A New Shoah”, que investiga las historias personales de las víctimas del terrorismo en Israel, publicado por Encounter y de “J’Accuse: el Vaticano contra Israel” publicado por Mantua Books, además de libros en italiano. Sus escritos han aparecido en publicaciones como el Wall Street Journal, Gatestone, Frontpage y Commentary.