La ideología detrás de los ataques en la valla fronteriza de Gaza: los explosivos, los francotiradores, la inversión presupuestaria en el sistema de túneles y la “tahadiya” (cese temporal de las hostilidades) busca la destrucción de Israel.
Todo está controlado por el jefe militar palestino, Yahya Sinwar. Lo que le impide darse cuenta de esta ideología es la realidad, que constantemente golpea a su puerta: el muro de hierro israelí.
Desde que se inventó el nacionalismo palestino en la década de 1960, en contra del sionismo, no hubo mejor demostración de soberanía que la valla fronteriza de Gaza.
Sinwar y su gente saben muy bien que la ideología es una cosa y la realidad es otra. Conservan la ideología para preservar el poder. Así que, económicamente hablando, invierten en la «victoria» en lugar de en la vida misma, eligiendo así las armas sobre la infraestructura.
Las palabras de Sinwar deben leerse en el marco de «conoce a tu enemigo», no como información o hechos.
Después de pasar 22 años en una prisión israelí, en la que un médico israelí le salvó la vida, el líder de Hamás nos conoce bien. Está especialmente familiarizado con las debilidades de un Estado democrático que lucha contra una organización terrorista.
Detrás de sus palabras está la cultura utilitaria de la falacia, según la cual, la mentira es un enfoque legítimo. Sinwar miente a su pueblo y le roba la esperanza, en nombre de un objetivo mayor. Le miente a cada líder y periodista extranjero que llega a Gaza, y no tiene ningún problema para mentir a los israelíes también.
Por lo tanto, la verdad solo se puede encontrar en números y tendencias. A medida que Hamás se afianza, las condiciones de vida de Gaza, incluida la disponibilidad de agua y electricidad, disminuyen. Con el paso del tiempo, el porcentaje de palestinos que viven de donaciones aumenta.
A medida que el reinado de Sinwar continúa, Gaza se vuelve cada vez más volátil. Bajo su gobierno, Gaza está constantemente al borde de la guerra, y la paz está fuera de vista.
Hay otra lección importante que debe leerse entre líneas: la angustia de Gaza no desaparece, la ideología de Hamás perdurará, y también lo hará su uso como herramienta política, sin importar qué actor regional intervenga.
El Estado de Israel necesita tomar decisiones estratégicas en lugar de discutir quién dijo qué durante las reuniones de gabinete.
Sinwar no es Sadat. Asesinar al líder de Hamás, una posibilidad planteada por Lieberman una vez, sin querer, debe estar sobre la mesa, y con ella, una resolución militar o, alternativamente, el desarrollo de incentivos económicos para que Gaza tenga mucho que perder.
Escucha a Sinwar, lee entre líneas. Él no debe ser quien dicte la estrategia israelí.