La administración Biden interviene en la política interna de Israel, mostrando su desacuerdo con la reforma judicial propuesta por Netanyahu y evidenciando una preferencia por un liderazgo israelí que evite conflictos con Irán.
Intervención de Washington y doble rasero
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, detuvo su plan para reformar el sistema judicial de Israel ante la desaprobación de la administración de Biden en EE. UU. El New York Times resaltó que Washington intervino en un conflicto interno de Israel de manera inusual. Además, la forma en que la administración Biden juzga al gobierno israelí es hipócrita y podría considerar a Biden tan “autoritario” como Netanyahu.
Oposición a la reforma y apoyo a la juristocracia
Muchos en Israel apoyan mantener una juristocracia, ya que creen que es la única forma de mantener a la izquierda en el poder, incluso después de haber sido derrotados en las elecciones. Tanto Washington como la oposición a Netanyahu desean derrocar al gobierno democráticamente electo y bloquear la reforma judicial.
Crítica a la postura de EE. UU. y doble moral
Un ensayo de JNS argumenta que la condena estadounidense a los intentos de reformar el sistema judicial israelí es hipócrita. Los demócratas en EE. UU. han atacado la independencia de su propio Tribunal Supremo y han impuesto políticas sin consenso o compromiso bipartidista.
Abuso de poder y control judicial
Biden ha gobernado mediante órdenes ejecutivas que a veces van en contra de la Constitución o las leyes vigentes. Cuando los tribunales revocan sus políticas extremas, Biden se frustra, pero su administración apoya que el tribunal israelí anule los esfuerzos de Netanyahu basándose en interpretaciones subjetivas de lo que es “razonable”.
Preocupación por nombramientos judiciales y apoyo a Netanyahu
El Comité Judío Americano y la Liga Antidifamación han expresado preocupación por los recientes nombramientos judiciales. Aunque algunos líderes de grupos judíos comparten el temor y el desprecio por la derecha israelí, las afirmaciones de que Netanyahu y los defensores de la reforma judicial quieren establecer una dictadura o un Estado de la Torá son falsas.
Rencor hacia Netanyahu y política exterior de Biden
El equipo de política exterior de Biden guarda rencor hacia Netanyahu debido a las disputas durante el mandato de Obama. A pesar de la hostilidad de Irán, Biden espera evitar una confrontación con Teherán y está cambiando la política de EE. UU. en Oriente Medio hacia una reconciliación con Irán.
Disposición a aceptar armas nucleares iraníes
El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE. UU., dejó en claro que EE. UU. estaría dispuesto a aceptar que Irán posea armas nucleares si no alardean de ellas. Esta postura es condenada por los principales partidos políticos de Israel, y ningún primer ministro israelí aceptaría algo tan riesgoso.
Influencia en la política israelí y búsqueda de un liderazgo alternativo
Aunque es común que Estados Unidos trate de influir en la política israelí, las acciones de la administración de Biden contra Netanyahu muestran que su objetivo es promover un liderazgo en Israel que esté más dispuesto a evitar un conflicto con Irán.
Intereses ocultos y lucha por el poder
La injerencia de la administración de Biden en la política israelí demuestra que su prioridad no es la reforma judicial en sí, sino debilitar a Netanyahu para reemplazarlo por un líder más dócil. Yair Lapid, líder de la oposición israelí, es el candidato elegido por Biden para suceder a Netanyahu como primer ministro.
Netanyahu: un líder valiente frente a EE. UU.
Netanyahu ha demostrado ser el único líder israelí con el coraje suficiente para enfrentarse a Estados Unidos, incluso ante una amenaza existencial como Irán. Biden es consciente de que el gobierno actual en Israel representa un obstáculo significativo para la política propuesta por el general Milley.
Conclusiones y perspectivas futuras
En resumen, la intervención de Washington en la política israelí y su oposición a la reforma judicial parecen estar motivadas por intereses políticos y estratégicos más que por una preocupación real por el sistema judicial en Israel. La administración de Biden busca debilitar a Netanyahu y promover un liderazgo israelí más afín a sus intereses en la región, especialmente en lo que respecta a Irán y sus ambiciones nucleares.