Cuando se habla del ataque israelí al “campamento de refugiados de Jabaliyá”, algunas personas piensan que, por la guerra en Gaza, se estableció un campamento de refugiados y que Israel mandó un avión a soltarles bombas a esos refugiados.
Vamos a poner algunas cosas en claro: El “campo de refugiados” fue establecido en 1948. En ese año, Gaza era simple y llanamente una parte de Egipto, que existía desde 1922 como entidad estatal.
Los campos de refugiados se establecen como medidas temporales, después del desplazamiento forzado, para luego proceder al reasentamiento. Hay que entender que las guerras cambian las cosas. Lo que una vez fue un territorio, cambia después de una guerra.
La agencia de la ONU para los refugiados de la guerra de 1948 decidieron algo que no sucede en ningún campo de refugiados en el mundo ni en la historia: Los 700.000 refugiados árabes de 1948 nunca son reasentados, y su estatus de refugiados es hereditario. Eso es algo absolutamente ilógico y contra la razón de ser de una agencia de refugiados, que es la de conseguir que sean reasentados (dejen de ser refugiados).
Hoy, el número de “refugiados palestinos”, supera los 5 millones. ¿Cómo así? Porque heredaron ese estatus de sus padres, abuelos, tatarabuelos. Además, ellos heredarán ese estatus a sus descendientes.
Y como son “refugiados” y cada mes son más, se incrementa el presupuesto y la demanda de Naciones Unidas a sus países miembros para subvencionar todo lo que necesitan esos millones de “refugiados”.
En Jabaliyá, que como puede notar, no es un campamento de tiendas de acampar, sino una ciudad; la electricidad, el agua, el combustible, el terreno, la vivienda, la salud, la educación, etc., son gratuitas para esos “refugiados”.
Por cierto, el territorio de Jabaliya no ha dejado de existir ni está completamente destruido, como dice la prensa internacional. El lugar del ataque de Israel fue el boquerón de un túnel de Hamás camuflado en una vivienda. Luego, al derrumbarse el túnel, que además Hamás construyó cobardemente debajo de un “campo de refugiados”, se caen algunas casas de la periferia de la entrada al túnel.
La gente que está allí no son realmente refugiados. Son habitantes mal habituados a vivir del subsidio internacional. Tienen y seguirán teniendo hijos porque “a más hijos, más plata”. Con todo y ese engreimiento injustificado, igual son víctimas del gobierno que eligieron tener: Hamás. Porque, si acaso no lo sabía, Israel no estaba en Gaza ni existía “ocupación” en la Franja. Es un territorio autogobernado.
Los campos de refugiados son soluciones temporales establecidas para asistir a personas que han sido desplazadas de manera forzada de sus hogares. En el caso de Gaza, la noción de “campo de refugiados” se remonta a 1948, cuando la región estaba bajo jurisdicción egipcia tras la consolidación de Egipto como estado en 1922.
En una situación sin precedentes, la Agencia de la ONU para los Refugiados Árabes de Palestina de 1948 (UNRWA) implementó una política donde el estatus de refugiado es hereditario. Esto ha dado como resultado una expansión del número de refugiados de 700.000 originales a más de 5 millones hoy en día.
La transmisión hereditaria del estatus de refugiado ha perpetuado esta condición y ha aumentado las responsabilidades económicas de las Naciones Unidas, que deben incrementar su presupuesto constantemente para mantener la asistencia a una población en crecimiento.
Jabaliyá, aunque se denomina “campamento”, es en realidad una ciudad con servicios básicos como electricidad, agua y educación, los cuales se proporcionan de manera gratuita gracias al apoyo económico internacional destinado a los refugiados.
La cobertura mediática reciente de un ataque en Jabaliyá debe ser entendida en contexto: el daño resultó del colapso de un túnel de Hamás bajo edificaciones civiles, y no de un ataque directo a la localidad. El derrumbe del túnel causó daños en casas adyacentes, afectando a la población civil.
Aunque se les conoce como “refugiados”, los residentes de Gaza se han acostumbrado a un estilo de vida sostenido por subsidios internacionales, lo que incluso ha incentivado el crecimiento poblacional debido al subsidio por hijo.
El territorio de Gaza está gobernado por Hamás, un gobierno elegido por su propia población y que ejerce una administración autónoma sin presencia oficial israelí. Las decisiones de Hamás tienen un impacto directo sobre las condiciones de vida y el bienestar de sus habitantes.