Arabia Saudita ha condenado el comportamiento de Irán en general, y los esfuerzos del régimen por obtener una bomba nuclear en particular, tras la falta de cooperación de Teherán con la agencia de la ONU que supervisa su programa nuclear. Esta condena es compartida por toda la región, que observa cómo las actividades criminales de la República Islámica provocan crisis y amenazan la estabilidad en el Golfo.
La amenaza de Teherán pone en peligro al mundo entero debido a la importancia vital del Golfo para la seguridad y la economía mundial. Después de más de una década, ya no es aceptable que el mundo se mantenga al margen de los esfuerzos nucleares de Irán sin estrechar el cerco al proyecto, que supone un gran peligro a la vista del comportamiento iraní, que ha sido todo menos pacífico desde la revolución del país.
La preocupación de Arabia Saudita por las relaciones de Irán con el Organismo Internacional de la Energía Atómica se produjo después de que el régimen de Teherán se negara inicialmente a permitir la instalación de nuevas tarjetas de memoria en las cámaras de vigilancia que controlan sus instalaciones nucleares, lo que provocó acusaciones de que Irán había estado obstaculizando las investigaciones del organismo y dificultando sus actividades.
La vigilancia eficaz del programa nuclear iraní es esencial para que haya un posible acuerdo entre Irán y las potencias mundiales. Sin embargo, como cualquier observador experimentado de Irán sabrá, el último asunto es simplemente parte de un juego para ganar tiempo, una carta que Teherán está jugando con la comunidad internacional como parte de su búsqueda para construir un arma nuclear.
Los esfuerzos desestabilizadores de Teherán son numerosos, y van desde su apoyo a las milicias terroristas y la acogida de miembros de grupos terroristas hasta el suministro de misiles balísticos y aviones no tripulados a los militantes de la región. Además, el régimen tiene un historial lamentable en materia de derechos humanos. El hecho de que no se responsabilice a Irán de estas flagrantes violaciones de las normas y leyes internacionales significa que Teherán cree ahora que está más allá de la rendición de cuentas, lo que anima al régimen a perseguir sus ambiciones nucleares.
Por ello, el Reino expresó su preocupación por el incumplimiento del acuerdo de salvaguardias nucleares por parte de Irán y su falta de transparencia con el OIEA, ya que esto constituye una amenaza para el organismo y afecta a la no proliferación de armas nucleares.
Arabia Saudí apoya todos los esfuerzos internacionales para evitar que Irán adquiera armas nucleares, así como el desarrollo de un régimen de no proliferación nuclear en la región y en el mundo. El Reino ha pedido en repetidas ocasiones que se actúe contra la amenaza nuclear y que Oriente Medio esté libre de armas nucleares.
A este respecto, Arabia Saudita destacó la importancia de aplicar plenamente la resolución de 1995 sobre la creación de una zona libre de armas nucleares en Oriente Medio.
Riad también se adhiere a una política nacional que garantiza los más altos niveles de transparencia, credibilidad y seguridad. Asimismo, trabaja en el desarrollo de usos pacíficos de la tecnología nuclear en diversos campos, incluido un proyecto nacional de energía nuclear.
Arabia Saudita mantuvo conversaciones con varios países en la conferencia general del OIEA celebrada en Viena la semana pasada, incluida la delegación estadounidense encabezada por la secretaria de Energía, Jennifer Granholm.
No cabe duda de que beneficiarse de la energía nuclear es de gran importancia, pero ignorar a los regímenes que se niegan a respetar las leyes internacionales y propagan la devastación es tan peligroso como la propia bomba nuclear. La comunidad internacional debe cumplir con sus responsabilidades y no permitir que Teherán posea armas nucleares, o de lo contrario estará perdida.
Irán y las potencias mundiales han abandonado sus mayores responsabilidades en la región, un fracaso que puede, a su vez, conducir a guerras y conflictos cuyas consecuencias serán catastróficas y se extenderán más allá de la propia región.