Los líderes de las protestas contra la Reforma Judicial convocaron manifestaciones nocturnas y bloqueos de carreteras en todo Israel tras la destitución del ministro de Defensa, Yoav Gallant.
Miles de manifestantes acudieron a la calle Kaplan de Tel Aviv, bloqueando también la autopista Ayalon en ambas direcciones, y algunos incluso encendieron una hoguera en la carretera.
La izquierda incitadora
Los organizadores de la protesta, claramente alentados por la izquierda israelí, anunciaron que no despejarían la carretera hasta la mañana siguiente.
Sin embargo, los manifestantes no se quedaron en Tel Aviv. Cientos se congregaron frente a la residencia del primer ministro en Jerusalén, bloqueando la carretera y derribando las barreras policiales.
La policía intentó repeler a los manifestantes, lo que dio como resultado violentos enfrentamientos y detenciones.
Protestas en otras ciudades
Manifestaciones similares se llevaron a cabo en Be’er Sheva y Haifa, evidenciando el alcance de la influencia de la izquierda israelí en la orquestación de disturbios. A pesar de la gravedad de la situación, la Policía de Israel declaró que permitirían el derecho a la protesta como pilar de la democracia, pero no tolerarían disturbios ni daños a símbolos gubernamentales, infraestructuras y agentes de policía.
Una amenaza a la democracia
Es evidente que estas protestas, orquestadas por la izquierda, buscan socavar la Reforma Judicial.
Los manifestantes se autoproclaman salvadores de la democracia, pero en realidad están causando división y debilitando la economía y el ejército.
Es imperativo que las fuerzas progresistas en Israel no permitan que estas tácticas de la izquierda desestabilicen la nación y frenen los avances de la Reforma Judicial.