Llegó el nuevo año, pero la guerra en Ucrania continúa sin tregua, con dos ataques con misiles a gran escala en los últimos días de 2022 y el primer día del nuevo año.
En previsión de nuevas ofensivas terrestres cuando las condiciones meteorológicas y del terreno lo permitan, el ejército ruso sigue adelante con su estrategia de disparos de largo alcance, atacando centros urbanos e infraestructuras críticas ucranianas con misiles balísticos y de crucero.
Ucrania: Los ataques con misiles continúan en 2023
A falta de éxitos sobre el terreno, los militares rusos han aumentado su presión sobre Ucrania con ataques con misiles contra ciudades e infraestructuras críticas. Hasta ahora, esta estrategia está funcionando. Grandes partes de Ucrania, y millones de personas una sin electricidad, agua, calefacción e internet en medio del cruel invierno ucraniano.
Sin embargo, el arsenal balístico y de crucero ruso se está agotando rápidamente. En algunas municiones, el ejército ruso ha gastado más del 80% de sus existencias. Las fuertes sanciones occidentales a las industrias de defensa y aeroespacial rusas han limitado el número de municiones que Moscú puede producir para reponer su agotado arsenal. Pero el Kremlin ha conseguido contrarrestar en cierta medida su escasez de misiles acudiendo a terceros países en busca de ayuda. Irán, en particular, ha sido de gran ayuda, enviando miles de vehículos tácticos no tripulados a Rusia a cambio del dinero y el apoyo geopolítico que tanto necesita.
El dron suicida Shahed-136 ha sido un sistema de armas especialmente eficaz, y el ejército ruso lo ha utilizado para atacar centros urbanos e infraestructuras críticas ucranianas. En sí misma, la munición merodeadora no es tan mortífera como un misil balístico o de crucero.
Pero las fuerzas rusas la utilizan de tal forma que “inunda” las defensas aéreas ucranianas y hace mucho más difícil identificar e interceptar las municiones más mortíferas. De hecho, el ejército ruso incluso ha estado utilizando misiles balísticos con cabezas nucleares desmanteladas para distraer el paraguas de defensa aérea ucraniano.

Éxito en el aire, fracaso en tierra
A pesar de la eficacia de los ataques con misiles rusos, sobre el terreno el ejército ruso sigue fracasando en todo el campo de batalla en Ucrania.
El último y más pronunciado ejemplo del fracaso militar ruso es la lucha por la ciudad de Bajmut, en el sur del Donbás.
Incluso después de lanzar y perder miles de soldados y cientos de tanques, vehículos de combate de infantería, vehículos blindados de transporte de tropas y otros sistemas de armas contra la ciudad de Bajmut, Moscú no ha logrado nada significativo.
Tiene sentido que los dirigentes rusos hayan cambiado su enfoque y centren la mayor parte de su energía en los ataques con misiles.
En el frente moral, los ucranianos también están ganando. A pesar del alto coste y la miseria que conllevan los ataques con misiles, la población ucraniana permanece imperturbable y comprometida con la victoria en la guerra.
Las privaciones provocadas por la falta de energía en medio del implacable invierno ucraniano no están doblegando la voluntad ucraniana de luchar.
De hecho, puede que el Kremlin sea más eficaz con sus misiles que con sus soldados sobre el terreno, pero Kiev sigue manteniendo la iniciativa estratégica.
Por ahora, Ucrania sigue ganando.