El triunfo del partidario de la línea dura Ebrahim Raisi en las elecciones presidenciales iraníes celebradas recientemente puede suponer un reto en relación con la renovación del Plan de Acción Integral Conjunto JCPOA/Acuerdo Nuclear de Irán (en 2019, Estados Unidos le había impuesto sanciones por violaciones de los derechos humanos). Raisi, que ocupa el cargo de presidente del Tribunal Supremo de Irán desde marzo de 2019, asumirá la presidencia en agosto de 2021 y sustituirá a Hassan Rouhani, un “moderado”.
Aunque en principio no se ha opuesto al JCPOA, es probable que Raisi sea un negociador más duro que su predecesor. Esto quedó patente en su primera conferencia de prensa, en la que dijo que Irán no se doblegará ante Occidente limitando sus capacidades en materia de misiles ni abordando las preocupaciones relativas al papel de Irán en la seguridad de la región. En la conferencia de prensa, también declaró que no se reunirá con el presidente estadounidense Joe Biden.
Estados Unidos se ha mostrado cauto en su respuesta al resultado de las elecciones. Al comentar el veredicto y su probable impacto en el acuerdo nuclear con Irán, el asesor de seguridad nacional estadounidense Jake Sullivan declaró:
“La decisión final de volver o no al acuerdo recae en el líder supremo de Irán, y él era la misma persona antes de estas elecciones que después de ellas”.
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Las relaciones entre Irán y China en los últimos años
El presidente chino, Xi Jinping, felicitó a Raisi por su triunfo y describió a Irán y China como “socios estratégicos integrales”. El presidente chino dijo que estaba dispuesto a trabajar con Irán en una serie de cuestiones. El año pasado, Irán y China firmaron un acuerdo estratégico global de 25 años de duración que pretendía dar un fuerte impulso no solo a los vínculos económicos entre Teherán y Pekín, sino también a los de seguridad. Una de las razones citadas para el acercamiento de Teherán a Pekín ha sido la retirada de la administración Trump del acuerdo Irán-P5+1/JCPOA en 2018 y su falta de flexibilidad. Desde el punto de vista de Pekín, el acuerdo era importante no solo para satisfacer sus necesidades de petróleo (según el acuerdo, China recibiría petróleo iraní a un precio más barato).
Aunque no cabe duda de que el gobierno de Biden ha hecho intentos de reactivar el acuerdo nuclear iraní en los últimos meses y las negociaciones de Viena en las que Estados Unidos ha participado indirectamente, no parece que se vaya a encontrar una solución a corto plazo, dado que Raisi no sustituirá a Rouhani hasta agosto. Además, si ambas partes se mantienen en su posición declarada, es probable que las cosas se endurezcan. Curiosamente, un alto funcionario iraní, el jefe de gabinete presidencial Mahmud Vaezi, indicó que EE.UU. había accedido a levantar más de mil sanciones de la era Trump, incluidas las relativas a los seguros, el petróleo y el transporte marítimo.
El JCPOA ha hecho una pausa en las conversaciones de Viena durante algunos días y, al respecto, Mijaíl Uliánov, representante permanente de Rusia, dijo:
“La tarea es aprovechar al máximo esta pausa para garantizar que todos los participantes reciban instrucciones políticas definitivas sobre las cuestiones controvertidas restantes”.
Obstáculos
Si bien muchos demócratas y analistas estratégicos habían defendido que el gobierno de Biden debía mostrar una mayor urgencia y alejarse de las posiciones declaradas con respecto a la vuelta al JCPOA, la oposición no solo de los republicanos, sino de los halcones de su partido, hace imposible cualquier acuerdo de este tipo.
Aparte de la oposición interna, Biden también tendrá que hacer frente a la presión de Israel. Si bien es cierto que los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que antes se oponían al acuerdo, han tratado de mejorar sus vínculos con Irán y también han suavizado su oposición al acuerdo, Israel se ha opuesto al JCPOA. La postura del recién elegido primer ministro israelí, Naftali Bennett, respecto al JCPOA es la misma que la de Benjamin Netanyahu. Tras la elección de Irán, el primer ministro israelí dijo:
“La elección de Raisi es, yo diría, la última oportunidad para que las potencias mundiales despierten antes de volver al acuerdo nuclear, y entiendan con quién están haciendo negocios”.
El papel de China y Rusia
Sería pertinente señalar que, días antes de la elección, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, había declarado que Estados Unidos debería eliminar las sanciones a Irán. Dado que Raisi es antioccidental, es probable que China y Rusia puedan desempeñar un papel importante en la reactivación del JCPOA.
Aunque el enfoque de la administración Biden de eliminar las sanciones contra Irán de forma gradual tiene su mérito, ya que puede ser políticamente más factible, Washington debe pensar de forma innovadora y tener en cuenta que un enfoque rígido con respecto a Teherán solo hará que se acentúe el sentimiento antioccidental en Irán y no le dejará otra opción que acercarse a China. Los países del CCG, como los EAU y Arabia Saudita, que han estado trabajando para resolver las tensiones con Irán, también podrían desempeñar un papel importante en las conversaciones entre la administración Biden y un gobierno encabezado por Raisi.
En conclusión, la Administración Biden tiene claramente la tarea hecha. Aunque negociar con Raisi puede no ser fácil, el hecho de que cuente con el apoyo del líder supremo podría ser favorable, y Estados Unidos también podría utilizar a algunos de sus aliados para comprometerse con la nueva administración.