Rusia envió esta semana a uno de sus principales diplomáticos a Teherán para instar a los iraníes a que se retiren de su amenaza de reanudar ciertas actividades nucleares en retirada para la campaña de “presión máxima” de Estados Unidos.
El viceministro de Asuntos Exteriores Sergei Ryabkov se reunió con su colega Abbas Aragchi, dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia en una declaración tras la reunión. El embajador ruso intentó impedir que los iraníes se retiraran del Tratado de No Proliferación después de que la administración de Donald Trump renunciara al acuerdo nuclear de 2015.
Por qué es importante: Rusia parece estar desempeñando un papel cada vez más activo como mediador de facto entre Estados Unidos e Irán, ya que ambos países están un poco más cerca de la confrontación regional.
El 17 de mayo, el presidente Vladimir Putin declaró que Rusia “no es una brigada de bomberos para salvar esto o aquello”, era una metáfora colorida que disfrazaba el mensaje multietapa del líder ruso a varias partes. Ryabkov ahora les dice a Teherán y a Washington que ejerzan moderación a la hora de tomar medidas que podrían “complicar aún más” el acuerdo nuclear, demostrando la voluntad de Moscú de asumir el papel de pacificador.
El embajador ruso expresó su simpatía por la retirada de Irán del acuerdo y por la intención de la administración Trump de “erigir barreras” en todas las relaciones bilaterales con Irán. Más importante aún, Ryabkov presentó varias propuestas para salvar el Plan de Acción Global Conjunto (JCPOA).
En la primera propuesta, Rusia propone “un análisis exhaustivo de la situación de los proyectos ya acordados en el marco del JCPOA” y “la aplicación de los principios de mantenimiento del comercio internacional y la cooperación económica con Irán” ya acordados por los signatarios del JCPOA. Ryabkov también solicitó una sesión inmediata de la comisión conjunta del pacto para intercambiar ideas sobre cómo proporcionar a Teherán los incentivos que necesita para permanecer en el acuerdo.
También advertimos a la parte iraní contra la retirada del TNP, que sería otro paso cualitativo hacia la desestabilización”, dijo Ryabkov más tarde en Rossiyskaya Gazeta. “Esto socavaría la base del sistema internacional de no proliferación nuclear”.
Mientras el acuerdo nuclear “siga vivo”, dijo Nikita Smagin, experto sobre Irán en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de Rusia. Pero “las posibilidades de que permanezca disminuyen de mes en mes”.
“Rusia ofrece algunas ideas, pero sus propios esfuerzos no son suficientes”, añadió Smagin. “Aquí la posición de los europeos es crucial, si Francia, Alemania y Gran Bretaña están dispuestos a mostrar la voluntad política para asegurar los intereses económicos de Irán bajo este acuerdo. Hasta ahora no hay respuesta.
Además, la Casa Blanca anunció hoy que altos funcionarios de seguridad nacional de Estados Unidos, Israel y Rusia -John Bolton, Meir Ben-Shabbath y Nikolai Patrushev- se reunirán en Jerusalén en junio para discutir “cuestiones de seguridad regional”, eufemismo para Irán.
Rusia puede volver a presentar una propuesta que Putin compartió por primera vez con Trump en Helsinki el año pasado, de dividir las fuerzas israelíes y sirias a lo largo de las Alturas del Golán y ofrecer a Israel garantías de seguridad contra las fuerzas proxys iraníes en Siria. El reconocimiento de los Altos del Golán casi niega esta propuesta, pero si los estadounidenses, israelíes y rusos se unieran para tratar de aliviar las tensiones, podría conducir a un retorno a la normalidad si no hubiera otras alternativas.