Israel firmó un tratado de paz con los Emiratos Árabes Unidos (EAU) el martes en la Casa Blanca, junto con una declaración de paz con Bahrein, y durante semanas los analistas y los responsables políticos han estado discutiendo muchas cuestiones en torno a estos acontecimientos históricos: ¿Cómo se produjeron? ¿Por qué ahora? ¿Tendrá un impacto en la región en general, así como en la iniciativa de paz árabe en particular? Turquía e Irán han sido los críticos regionales más elocuentes del acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, junto con los dirigentes palestinos. Pero un país se ha enfurruñado mucho: Rusia.
En respuesta al anuncio del mes pasado en la Casa Blanca sobre el acuerdo entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso emitió una declaración bastante fría que se centró en dos cuestiones: La propia importancia de Rusia y la centralidad de la cuestión palestina. Moscú, según la declaración, estudió “cuidadosamente” el anuncio y quiso destacar que Rusia, miembro permanente de la Seguridad de la ONU, copatrocinador del proceso de paz árabe-israelí y el Cuarteto (que media en el proceso de paz israelí-palestino) “siempre ha actuado a partir de la necesidad de lograr un acuerdo integral en Medio Oriente”. A continuación, la declaración subrayó: “El problema palestino ha sido y sigue siendo fundamental en la búsqueda de la paz en Medio Oriente”.
Esta reacción no sorprende. El presidente ruso Vladimir Putin ha hecho de la restauración de la condición de gran potencia de Rusia en la escena mundial, como él la define, y ha hecho mucho para posicionar a Rusia como un mediador crítico en Medio Oriente en particular. Pero fue la mediación estadounidense, y no la rusa, la que ayudó a negociar lo que es objetivamente un acuerdo de paz histórico en la región, y este punto no se le escapa a Moscú.
Así, cuando Putin habló con el Primer Ministro israelí Netanyahu a finales de agosto después de que se anunciara el acuerdo de paz, la declaración del Kremlin también señaló que Netanyahu fue el que inició la llamada. Con respecto al acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, la parte rusa, según la declaración del Kremlin, apoya “una solución justa, amplia y sostenible al problema palestino y espera que el acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos contribuya a fortalecer la estabilidad y la seguridad en la región”.
Por supuesto, Putin no criticó el acuerdo, sino que contrastó sus comedidos comentarios con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, quien felicitó a Netanyahu en una conversación anterior el mes pasado, y calificó el acuerdo como “un logro histórico y un vívido ejemplo de las oportunidades de diálogo y diplomacia que otros países pueden heredar”. Moscú no emitió tales felicitaciones.