Durante la guerra civil en Siria, el presidente ruso Vladimir Putin vio una oportunidad para que Rusia se convirtiera de nuevo en una fuerza diplomática y militar con la que se puede contar en el escenario mundial. Desde que Putin se convirtió en presidente por primera vez en 2000, la restauración del glamour de su país, perdido tras el colapso de la Unión Soviética, se ha convertido en una prioridad.
Otro objetivo era ganar dinero. En particular, con la venta de algunos equipos militares, Rusia se manifestó en Siria. Resulta que el armamento incluye una nueva generación de sistemas robóticos, algunos de los cuales pueden funcionar de forma autónoma. Los armadores rusos demostraron algunas de estas tecnologías militares en la mayor convención de armas celebrada en Moscú en junio.
El experto ruso en tecnología militar Samuel Bendett dijo a C4ISRNET que muchos de los modelos presentados en la convención “reflejan la experiencia militar rusa en Siria”, indicando que Rusia da prioridad a las tecnologías no tripuladas. El general ruso, dijo, “señaló el año pasado que Siria es un esbozo de la futura guerra, en la que se utilizaron ampliamente sistemas no tripulados y robóticos”.
Bendett dijo en una publicación que un fabricante de un tipo de arma, Urano 9, afirma que las pruebas en Siria han revelado las deficiencias del tanque robótico y han llevado a su eliminación: “De hecho, la única manera de demostrar que estos problemas se han resuelto es verlos en una batalla real, así que vamos a vigilarlos. El evento también contó con un UGV Palandin equipado con armas y ametralladoras que pueden funcionar de forma autónoma.
Incluso si los fabricantes de armas rusos y el gobierno hablan de la experiencia de Siria como un artículo de venta robótico, las exportaciones de armas al país pueden estar cayendo.
El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, un think tank sueco conocido como SIPRI, informó en marzo que en el período de cinco años que terminó en 2018, las ventas en Rusia cayeron un 17% en comparación con los cinco años anteriores.
El hecho de que algunas de las armas expuestas sean autónomas, indica que Rusia sigue impulsando el desarrollo de sistemas de armas que pueden funcionar con cada vez menos recursos humanos. A este respecto, cabe señalar que el país no está solo. El ejército de los Estados Unidos ordenó recientemente el desarrollo de una torre de cañón que pudiera encontrar un objetivo por sí sola, determinar si representaba una amenaza y disparar con un cañón de 50 mm. La decisión de abrir fuego, sin embargo, seguirá siendo responsabilidad de un hombre.
Rusia, Estados Unidos y varios otros países con inteligencia artificial avanzada y tecnologías de armas autónomas están restringiendo los esfuerzos por crear un consenso dentro de las Naciones Unidas para prohibir las llamadas armas autónomas mortales.