Los analistas no pueden descartar otra crisis monetaria si las tensiones entre Ankara y Washington por la compra de los sistemas de misiles rusos S-400 por parte de Turquía, continúan aumentando, dijo el miércoles Nora Neuteboom, economista del banco holandés ABN Amro.
El miércoles, el ministro de Finanzas turco, Berat Albayrak, anunció un paquete de reforma económica tan esperado que el gobierno turco había prometido entregar después de las elecciones locales el 31 de marzo.
El plan económico fue diseñado para aliviar las preocupaciones de los inversionistas extranjeros y ayudar a Turquía a superar la recesión actual, y Neuteboom lo consideró un buen comienzo que se enfoca principalmente en el apoyo a corto plazo al sector bancario, pero también incluye las reformas necesarias para el sector agrícola.
“El plan también incluía un impulso crediticio para los sectores de exportación, pero esperábamos ver un plan más completo sobre cómo aumentar el valor agregado en estos sectores de exportación”, dijo el economista.
“Además, los paquetes de reforma presentados hoy carecen de algunas de las reformas estructurales más necesarias, como las reformas administrativas para reducir la burocracia, medidas que apuntan al rígido mercado laboral y las reformas educativas”, dijo.
Neuteboom dijo que espera que la presión sobre el banco central turco se alivie y que la política monetaria vuelva a la normalidad desde que se celebraron las elecciones.
Una disminución inesperada en las reservas de divisas de Turquía llevó a una caída de más del 5 por ciento de la lira dos semanas antes de la elección. Las autoridades turcas intervinieron suspendiendo las subastas de recompra de una semana por un período no especificado y presionaron a los bancos locales para que no proporcionaran liquidez a los inversionistas extranjeros, lo que causó un aumento en la tasa de swaps a un máximo de 1350 por ciento.
Según Neuteboom, estas medidas disminuyeron la consistencia y la transparencia de la política monetaria en Turquía y dañaron la confianza en las políticas del banco central turco.
Los problemas geopolíticos pueden provocar otro shock en los mercados, dijo Neuteboom, refiriéndose a las frecuentes declaraciones de las autoridades turcas que reiteran la determinación de Ankara de continuar con la compra del S-400, a pesar de las objeciones de sus aliados de la OTAN.
Varios senadores estadounidenses escribieron un artículo en el New York Times el martes, pidiendo que se impongan sanciones a Ankara en caso de que Turquía decida proceder con la compra del S-400, y dos senadores han presentado un proyecto de ley que exige la liberación de ciudadanos estadounidenses encarcelados en Turquía.
“Los temas geopolíticos como estos son difíciles de establecer en los mercados financieros, ya que mucho depende de la disposición de ciertas figuras políticas para cambiar de posición”, dijo Neuteboom. “En este momento, la compra del S-400 está suspendida sobre el mercado turco como una nube oscura y, si las cosas se intensifican, no podemos descartar otra crisis monetaria”.