Durante muchos años, los palestinos han recibido financiación incondicional de donantes occidentales.
Así es como funcionó: Las organizaciones palestinas presentaban una solicitud de financiación y los donantes firmaban automáticamente el cheque o aprobaban la transferencia de millones de dólares o euros a las cuentas bancarias de los palestinos.
En resumen, la actitud palestina respecto a la financiación occidental siempre ha sido la siguiente: “Ustedes los occidentales nos deben este dinero porque contribuyeron al establecimiento de Israel después de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, no tienen derecho a poner ninguna condición para la financiación. Solo dennos el dinero y cállense. Cualquier negativa a cumplir con nuestras demandas resultará en nuestra ira, y posiblemente en terrorismo y otras formas de violencia, no solo contra Israel, sino también contra ustedes, ‘infieles’ en Occidente”.
Con este telón de fondo, es fácil entender por qué las organizaciones no gubernamentales palestinas están ahora furiosas con la Unión Europea (UE). Recientemente, la UE y sus países miembros han tenido la audacia de exigir que el dinero de los contribuyentes de la UE no acabe en manos de terroristas o de organizaciones terroristas.
En otras palabras, parece que los países donantes han despertado finalmente al hecho de que su dinero ha ido a parar a las arcas de terroristas musulmanes y extremistas árabes que siguen pidiendo y trabajando por la eliminación de Israel.
Sin embargo, hay indicios de que la UE está a punto de rendirse ante las presiones y amenazas palestinas.
Durante una reunión del 19 de mayo del 2020 de la Comisión de Relaciones Exteriores del Parlamento Europeo, Oliver Varhelyi, Comisionado para la Vecindad y la Ampliación, declaró que había dado instrucciones a los jefes de las delegaciones de la UE a Israel y Judea y Samaria, y Gaza para “examinar a fondo” las acusaciones de que algunos fondos de la UE van a ONG vinculadas al terrorismo o que apoyan el terrorismo, declarando que dicha financiación “no será tolerada”.
El anuncio se produjo a raíz de la preocupación de que la UE, bajo la presión de las ONG palestinas, ha dado marcha atrás en su condición de proporcionar fondos a los palestinos.
En una carta de “aclaración” del 30 de mayo del 2020 a la Red de ONG palestinas, el jefe de la Oficina del Representante de la UE en Judea y Samaria y la Franja de Gaza, Sven Kuhn von Burgsdorff, explicó que la UE “no pide a ninguna organización de la sociedad civil que cambie su posición política hacia ninguna facción palestina ni que discrimine a ninguna persona física por su afiliación política”.
Burgsdorff, sin embargo, también escribió:
“Aunque las entidades y grupos incluidos en las listas restrictivas de la UE no pueden beneficiarse de las actividades financiadas por la UE, se entiende que una persona física afiliada a cualquiera de los grupos o entidades mencionados en las listas restrictivas de la UE, que simpatice con ellos o los apoye, no está excluida de beneficiarse de las actividades financiadas por la UE, a menos que su nombre y apellido exactos correspondan a cualquiera de las personas físicas que figuran en las listas restrictivas de la UE”.
Este lenguaje opaco significa que incluso si una ONG palestina que solicita subvenciones de la UE es una filial de grupos terroristas, o emplea a personas de estos grupos, la UE, después de todo, le proporcionará financiación de los contribuyentes, ya sea designada para respuestas de emergencia a COVID-19 o para programas ordinarios, según ONG Monitor, un instituto de investigación reconocido mundialmente que trabaja para garantizar que los responsables de la toma de decisiones y la sociedad civil actúen de acuerdo con los principios de responsabilidad, transparencia y derechos humanos universales.
Los palestinos notaron por primera vez el aparente cambio en la posición de los donantes en el 2019, cuando la UE introdujo una nueva cláusula en sus contratos con las ONG palestinas, bajo “Condiciones generales aplicables a los contratos de subvención financiados por la Unión Europea para acciones exteriores” (Anexo G.2, Anexo II, Artículo 1.5 bis).
La cláusula estipula:
“Los beneficiarios de las subvenciones y los contratistas deberán asegurarse de que no se detecten subcontratistas, personas físicas, incluidos los participantes en talleres y/o cursos de capacitación y los receptores de apoyo financiero a terceros, en las listas de medidas restrictivas de la UE”.
Cabe señalar que en esas listas figuran terroristas y organizaciones terroristas designadas como tales por la UE, como Hamás, la Jihad Islámica Palestina y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) de la OLP, entre otros. Los tres grupos, junto con varios otros, no reconocen el derecho de Israel a existir y llevan mucho tiempo realizando actividades terroristas contra los israelíes.
La cláusula “antiterrorista” de la UE ha suscitado duras críticas de los palestinos, incluidas decenas de ONG con sede en Judea y Samaria y la Franja de Gaza. La principal queja de los palestinos es que no pueden aceptar “financiación políticamente condicionada” de ninguna parte, incluidos los donantes de la UE. En lo que respecta a los palestinos, los donantes occidentales no tienen derecho a exigir que el dinero de sus contribuyentes no vaya a parar a organizaciones terroristas designadas por la UE como Hamás, la Jihad Islámica Palestina y el FPLP.
Así es como una ONG palestina, Badil, lo expresó:
“La financiación condicionada políticamente es rechazada resueltamente en su totalidad, independientemente de la cantidad y de sus justificaciones. Se rechazan y condenan los llamados procedimientos de selección e investigación de antecedentes, que incluyen someter a examen a los miembros de los órganos de gestión y al personal de las organizaciones, sus contratistas, los proveedores de servicios y los beneficiarios bajo la apariencia de medidas de seguridad estándar. Las facciones y fuerzas políticas palestinas no son organizaciones terroristas y su condición popular, nacional y jurídica no se determina en un documento europeo”.
El FPLP, cuyos miembros han participado en muchos ataques terroristas contra Israel en los últimos decenios, afirmó que la cláusula “antiterrorista” de la Unión Europea estaba “en el contexto de las medidas para liquidar la causa palestina”. El FPLP está furioso porque muchas de las ONG palestinas que operan en Judea y Samaria y la Franja de Gaza están afiliadas a él.
Esta semana, un grupo de ONG’s palestinas en el este de Jerusalén acusó a la UE de estar de acuerdo con Israel y la administración de los Estados Unidos para “liquidar la causa palestina”. Esta acusación inventada se basa en la falsa afirmación de que los europeos son parte del plan de paz del presidente estadounidense, Donald J. Trump, para Medio Oriente y el plan del Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para extender la soberanía israelí a partes de Judea y Samaria. En particular, muchos estados y líderes de la UE tienen opiniones explícitas anti-Netanyahu y anti-Trump.
La oposición palestina a la demanda de la UE relativa a la financiación de terroristas y organizaciones terroristas también se basa en el argumento de que esta demanda es “humillante” para los palestinos. Los palestinos consideran que la petición es “humillante” porque creen que nadie tiene derecho a decirles que Hamás y otros grupos palestinos participan en el terrorismo.
Los palestinos están ofendidos por la idea de que su “vaca lechera” se niega ahora a producir dinero para fines terroristas.
Las ONG palestinas se enfrentan a un dilema. Por un lado, están desesperados por el dinero occidental, que asciende a decenas de millones de dólares y euros. Por otro lado, les preocupa que la exigencia de garantizar que los fondos no vayan a parar a los terroristas pueda “criminalizar la lucha nacional palestina contra Israel”.
Evidentemente, los europeos que establecen las condiciones no comprenden que, para los palestinos, los cohetes, los terroristas suicidas, los apuñalamientos, los tiroteos desde un coche y otras formas de violencia no se consideran terrorismo sino, más bien, actos heroicos contra Israel y los judíos.
Los europeos han financiado durante mucho tiempo docenas de ONG que apoyan y promueven abiertamente la violencia y la incitación contra Israel. En respuesta al aparente movimiento de la UE para cambiar las reglas del juego, los grupos palestinos también están cambiando las cosas con respecto a los donantes occidentales, condenándolos, presionándolos y amenazándolos.
Queda por ver si los europeos cederán ante las amenazas palestinas de represalias y dejarán de exigir que el dinero de la UE realmente alimente a las personas hambrientas en lugar de alimentar el hambre de los terroristas palestinos por la sangre judía.