Mahmoud Usman huyó de la guerra en Darfur y, tras catorce años de espera, obtuvo la aprobación provisional de su solicitud de asilo en Israel.
Una huida motivada por la guerra y el desplazamiento en Sudán
A la edad de 25 años, Mahmoud Usman abandonó su hogar en Darfur debido a la creciente violencia provocada por la guerra civil en Sudán, iniciada en 2003. Los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales sudanesas, las milicias Janjaweed y los grupos rebeldes intensificaron la guerra, llevando a una devastadora crisis humanitaria en la región. Usman, al igual que muchos jóvenes, se enfrentó al riesgo de ser reclutado forzosamente o convertirse en víctima de las campañas de limpieza étnica.
Su travesía por el norte de África fue extremadamente peligrosa. Desde Darfur, atravesó Egipto y finalmente logró llegar a Israel, donde esperaba encontrar seguridad. Muchos de los migrantes que tomaron esta ruta enfrentaron violencia, enfermedades y traficantes de personas. Algunos no sobrevivieron al trayecto.
Al cruzar la frontera entre Egipto e Israel, fue detenido por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y trasladado a un centro de detención donde pasó cerca de seis meses. A lo largo de los siguientes años, el proceso de asilo se convirtió en una serie de desafíos burocráticos que lo mantuvieron en el limbo administrativo.
El proceso de asilo: un camino lleno de obstáculos
Una vez detenido en Israel, Usman fue sometido a procedimientos legales complejos. La falta de puntualidad en las citas relacionadas con su solicitud resultaba en detenciones recurrentes. Explicó que la normativa era clara: “Si llegabas tarde, te arrestaban de nuevo”. Esta situación era especialmente difícil de manejar, ya que los solicitantes de asilo debían equilibrar el proceso judicial con las responsabilidades diarias.
El sistema de asilo de Israel ha sido objeto de críticas debido a los extensos tiempos de espera y al limitado número de solicitudes aprobadas. En 2024, menos del 0,5 % de las solicitudes de asilo de ciudadanos de Sudán y Eritrea habían sido reconocidas formalmente. Sin embargo, Usman fue uno de los pocos afortunados en obtener la aprobación provisional, tras 14 años de espera.
Datos clave sobre los solicitantes de asilo en Israel
- Actualmente, 30.000 solicitantes de asilo viven en Israel, de los cuales 4.000 provienen de Sudán y 19.000 de Eritrea.
- La construcción de la valla fronteriza entre Egipto e Israel en 2012 redujo drásticamente la llegada de nuevos solicitantes.
- Según datos del ACNUR, el reconocimiento del estatus de refugiado para solicitantes de Sudán y Eritrea es inferior al 0,5 % en Israel.
- La ONG ASSAF señala que miles de solicitudes permanecen sin procesar, algunas con más de una década de antigüedad.
Las condiciones de vida para los solicitantes de asilo varían considerablemente. Muchos enfrentan dificultades para acceder a servicios básicos y oportunidades laborales. No obstante, Usman pudo integrarse en la sociedad israelí, encontrando empleo y accediendo a atención médica.
Una nueva oportunidad de vida y superación personal
Tras su liberación de los centros de detención, Usman se estableció en Haifa, donde comenzó a construir una nueva vida. Encontró empleo en el sector de la construcción, un área en la que no tenía experiencia previa, y con el tiempo logró abrir su propia empresa. A pesar de las dificultades, Usman aprovechó las oportunidades que le ofrecía Israel para prosperar.
Relató que, aunque estuvo en una situación de incertidumbre durante años, logró establecer un círculo social y recorrer diferentes partes del país. Desde el Kinneret hasta Tel Aviv, descubrió nuevos lugares y una cultura que lo acogía con cautela pero le brindaba cierta estabilidad.
Esperanza tras la espera: un futuro por definir
Para Usman, la reciente aprobación provisional de su solicitud de asilo representa un punto de inflexión. A la espera de la ratificación final, confía en seguir expandiendo su negocio y consolidando su vida en Israel. Aunque sabe que el proceso aún no ha concluido, se siente más seguro sobre su futuro.
“Ahora puedo centrarme en desarrollar más mi trabajo y mi negocio”, dijo. La seguridad relativa que ha encontrado en Israel, con refugios antiaéreos, controles de seguridad y servicios de emergencia eficientes, le da una tranquilidad que no habría podido encontrar en su país natal.
La historia de Mahmoud Usman refleja las complejidades del proceso de asilo en Israel y las dificultades que enfrentan quienes buscan un nuevo comienzo. Su experiencia es un testimonio de resiliencia y perseverancia ante las adversidades.