Bulgaria es a menudo elogiada por haber tenido éxito en salvar a sus más de 45.000 ciudadanos judíos de la deportación a los campos de concentración alemanes. Lo que a veces se olvida, es que otros 15.000 judíos que se encontraban en terroitorios bajo el control de Bulgaria a principios de la Segunda Guerra Mundial y a los que se les negó la ciudadanía fueron entregados por el gobierno búlgaro.
Cuando el Imperio Otomano fue desmantelado, después de la Segunda Guerra Mundial, Tracia, una región de la península de los Balcanes del este, se dividió entre Grecia, Turquía y Bulgaria. Cuando Alemania invadió la zona en abril de 1941, con la asistencia de Bulgaria, que se había unido al eje del mes anterior, se invitó a los búlgaros a anexar la parte de Tracia, que aún no poseía, y Macedonia, la antigua Yugoslavia.
En esos territorios la población judío sumaba alrededor de 15 mil personas (8.000 en Macedonia, y 5.000-6.000 en Tracia). En el otoño de 1942, el gobierno de Bulgaria les concedió la ciudadanía a los residentes no judíos de estos mismos territorios.
Lo que siguió fueron sanciones contra los judíos: limitaciones en sus permisos comerciales. Luego fueron obligados a registrar su propiedad y pagar impuestos especiales al Estado y finalmente fueron obligados a llevar una estrella de David en su ropa.
Las deportaciones fueron el paso final. En enero de 1943, el alto funcionario de la SS, Theodor Dannecker, llegó a Bulgaria para supervisar el proceso. El Gobierno búlgaro no se resistió a la orden de expulsar a los 20.000 judíos de Tracia y Macedonia. Y cuando se hizo evidente que el total de vidas en los territorios no superaba los 14.000, el comisionado de asuntos judíos de Bulgaria, Aleksander Belev, sugirió lanzar a otros 6.000 judíos de la «vieja Bulgaria» para llegar al total de 20.000.
Las redadas en Tracia comenzaron el 4 de marzo de 1943, con la detención de 4.000 judíos, que fueron llevados a campos de concentración en Dupnitsa y Gorna-Dzumaya. Dos semanas después, el 18 y 19 de marzo comenzaron el arduo viaje de una semana a Treblinka. Allí, todos los que habían sobrevivido al viaje fueron asesinados al llegar.