El 15 de diciembre del año 1961 el criminal nazi Adolf Eichmann fue condenado a muerte por un tribunal israelí por sus crímenes durante el Holocausto. Finalmente, fue enviado a la horca el 1 de junio de 1962.
En 1945, Eichmann fue capturado por las tropas de Estados Unidos, pero se escapó y finalmente se estableció en la Argentina. En 1960 fue detenido cerca de Buenos Aires y llevado a Israel.
El 13 de mayo de 1960, Eichmann fue capturado por agentes israelíes en Argentina y llevado a Jerusalén para ser juzgado por su papel en el asesinato de un tercio de la población judía de Europa durante la Segunda Guerra Mundial. El juicio a Eichmann atrajo la atención mundial como el juicio más importante de la criminalidad nazi desde el juicio de Nuremberg de 1945-1946.
Eichmann fue el funcionario responsable del transporte de judíos y otras víctimas a los campos de exterminio. ¿Qué lo motivó? El testimonio en el juicio le mostró ser el último conformista en un estado criminal. Como le dijo a un interrogador: «Si me decían que mi padre era un traidor y tenía que matarlo, lo hubiera hecho. En ese momento yo obedecía mis órdenes sin pensar, yo solo hice lo que se me dijo. Ahí donde me encontré – ¿cómo decirlo? -. Mi satisfacción no importaba lo que las órdenes eran».
La principal preocupación de Eichmann era mantener la capacidad de matanza de los campos, manteniendo un flujo constante de las víctimas. En 1944, Eichmann informó a Himmler que unos cuatro millones de judíos fueron asesinados en los campos y unos dos millones más habían sido fusilados o asesinados por las unidades móviles.
Al final de la guerra Eichmann fue abandonado por la cúpula pero se las arregló para ocultar su identidad y la detección de escape. ODESSA, la organización secreta de las SS, arregló su vuelo a la Argentina en 1952. Bajo el alias de Ricardo Klement, Eichmann creó una nueva identidad como modesto empleado de la fábrica-Benz de Mercedes en Buenos Aires. Su esposa y sus dos hijos se unieron a él.
El 15 de diciembre de 1961, el tribunal israelí condenó a Eichmann a la horca. Sus últimas palabras el 1 de junio de 1962, fueron que no se olvidaría de Austria, Alemania y Argentina. Tenía 56 años, y su cadáver fue incinerado y sus cenizas esparcidas en el mar.
Fuente: radiojai.com