En 1793, el distrito francés de Estrasburgo, Alsace-Lorraine, aprobó una ley anti-judía prohibiendo la circuncisión y el uso de barbas. También ordenó la quema de libros escritos en hebreo. La Revolución Francesa, nacida a partir de los ideales del Iluminismo, se había convertido en la primera sociedad en emancipar a los judíos, permitiéndoles acceder a los niveles más altos del gobierno y de finanzas. Sin embargo toda la cháchara de “igualdad” no evitó que Voltaire señalara a los judíos como “el pueblo más abominable del mundo”. La injuria se expresó en la década de 1940, cuando el régimen Vichy francés tomó la iniciativa de reunir a más de 61.000 judíos y entregárselos a los nazis.