El príncipe heredero saudí, Mohammad Bin Salaman, da la bienvenida al presidente iraní, Ibrahim Raisi, mientras los líderes árabes y musulmanes se encuentran el sábado en Riad, la capital saudí, para asistir a una cumbre sobre la guerra entre Israel y Hamás.
Se trata de la primera visita de Raisi a Arabia Saudí desde que los acérrimos rivales restablecieron lazos hace varios meses.
Irán respalda a Hamás, así como a los grupos terroristas libaneses Hezbolá y a los rebeldes hutíes de Yemen, lo que le sitúa en el centro de las preocupaciones por la posible expansión de la guerra.
Al inaugurar la cumbre, Bin Salman dijo que Arabia Saudí “confirma que responsabiliza a las autoridades de ocupación (israelíes) de los crímenes cometidos contra el pueblo palestino”.
“Estamos seguros de que la única manera de garantizar la seguridad, la paz y la estabilidad en la región es poner fin a la ocupación, el asedio y los asentamientos”, dice sobre las acciones de Israel en Gaza y Cisjordania ocupada.
Los saudíes estaban acercándose a la normalización con Israel antes del estallido de la guerra desencadenada por el mortífero asalto de Hamás al sur de Israel, en el que murieron unas 1.200 personas, la mayoría civiles. Además, unas 240 personas fueron tomadas como rehenes en Gaza.