Israel ha incrementado sus ataques en Beirut, enfocándose en los activos estratégicos de Hezbolá, mientras las vías diplomáticas continúan su curso. Tras el envío de un borrador de acuerdo al presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, para su revisión por Hezbolá y el liderazgo iraní, las fuerzas israelíes bombardearon múltiples objetivos en Dahieh, uno de los principales bastiones del grupo terrorista. Entre los blancos figuran almacenes de armas, centros de producción, infraestructuras vitales y centros de mando.
En declaraciones a medios locales, Nabih Berri expresó cierto optimismo respecto al progreso de las negociaciones, pero reconoció las dificultades inherentes. En sus palabras, “[El presidente electo de EE. UU.] Donald Trump ha autorizado al enviado estadounidense Amos Hochstein a buscar un cese al fuego en Líbano, e Israel pretende poner fin al conflicto”. Sin embargo, añadió que “la libertad operativa militar de Israel en Líbano está excluida del acuerdo. Este punto no es negociable ni está sujeto a discusión”.
Además, Berri mencionó que Líbano ha propuesto varias enmiendas e ideas a los Estados Unidos, aunque persisten desacuerdos sobre la composición de la comisión internacional que supervisaría la implementación de la Resolución 1701, así como el alcance del despliegue de fuerzas multinacionales. Según sus declaraciones, “estos son días decisivos”.
Fuentes libanesas han revelado los elementos principales del borrador de la propuesta de cese al fuego, que reflejan la postura negociadora de Beirut. Entre los puntos más destacados se incluyen el despliegue gradual de 5,000 tropas libanesas en el sur, la única presencia armada autorizada, y un refuerzo de la FPNUL junto con la retirada total de las fuerzas israelíes.
Aunque el borrador menciona garantías contra acciones militares israelíes en Líbano, los detalles específicos de estas condiciones permanecen ambiguos. Además, las conversaciones sobre la frontera terrestre comenzarían dos meses después del cese al fuego bajo la supervisión de un comité tripartito compuesto por Israel, Líbano y la FPNUL.
Analistas de seguridad han señalado vulnerabilidades importantes en la propuesta. La presencia significativa de miembros chiitas en el ejército libanés, muchos de los cuales tienen vínculos con Hezbolá, dificulta la posibilidad de que estas fuerzas confisquen armas o impidan el tráfico de armamento.
Asimismo, la efectividad limitada de la FPNUL, a menudo reacia a atribuir ataques a Hezbolá, plantea serias dudas sobre la implementación exitosa de los acuerdos. Los expertos predicen que Hezbolá probablemente restablecerá sus posiciones al sur del río Litani y reconstruirá sus capacidades, socavando así los esfuerzos por hacer cumplir la Resolución 1701.
Amos Hochstein, enviado de EE. UU., llegó esta semana a Beirut para abordar estas preocupaciones. Según el medio libanés Al-Akhbar, vinculado a Hezbolá, las autoridades libanesas buscan aclaraciones sobre el comité encargado de supervisar la implementación de la Resolución 1701, con una especial objeción a la participación británica y alemana. Beirut expresó su preocupación sobre la autoridad ejecutiva del comité y rechazó cualquier organismo internacional con capacidad de aplicación efectiva.
Israel sigue atacando con éxito a altos dirigentes de Hezbolá, como la eliminación de Mohammad Afif, jefe de comunicaciones del grupo. La presión sobre el liderazgo de Hezbolá no cesa, pero siguen existiendo objetivos clave sin eliminar, lo que pone en duda la percepción de que la organización esté debilitada.
La designación de Ali Tabatabai como nuevo jefe de operaciones de Hezbolá marca un punto clave, ya que es buscado por las autoridades estadounidenses por sus acciones en Siria y Yemen. Tras la eliminación de figuras importantes como Fouad Shukr, Ibrahim Akil y Ali Karaki, la organización continúa operando bajo su liderazgo.
Las evaluaciones de inteligencia sugieren que Hezbolá mantiene una presencia activa en Beirut y Dahieh, aunque con ciertas adaptaciones operativas. Naim Qassem, el nuevo secretario general de Hezbolá, ahora pregraba sus discursos, mientras que Mohammad Afif se había trasladado a instalaciones del Partido Baath local.
En respuesta a los ataques, la organización ha intensificado su seguridad informativa, deteniendo a individuos que intentaban documentar los ataques. Esta presión coloca al liderazgo de Hezbolá en una encrucijada: continuar con sus demandas imprecisas o ceder, mientras los líderes restantes intentan rehabilitar la organización.
Algo que llama la atención es que no se mencionan demandas sobre un cese al fuego en Gaza en las discusiones actuales en Beirut.