Israel detonó miles de dispositivos vendidos a Hezbolá tras descubrir que eran enviados a Irán, según un informe del New York Times.
Detalles sobre la operación encubierta israelí contra Hezbolá
El domingo, el New York Times reveló que Israel detonó miles de bíperes con trampas explosivas que había vendido secretamente a Hezbolá. Esta acción se llevó a cabo seis días después de que se detectara que el grupo terrorista enviaba algunos de estos dispositivos a Irán para analizarlos. Según el periódico, esta operación encubierta del Mossad y la inteligencia militar israelí es una de las infiltraciones más detalladas y prolongadas contra Hezbolá.
El informe se basa en declaraciones de dos docenas de funcionarios israelíes, estadounidenses y europeos, tanto actuales como anteriores, quienes hablaron bajo condición de anonimato. El documento describe dos décadas de seguimiento de los líderes de Hezbolá y la decisión de Israel de excluir a Washington de su plan para asesinar a Hassan Nasrallah, líder del grupo terrorista.
A principios de 2024, Israel realizó un ataque con drones contra un técnico de Hezbolá sospechoso de trabajar con walkie-talkies que, al igual que los bíperes, también contenían trampas explosivas. Estos dispositivos habían sido vendidos por Israel al grupo de manera encubierta.
La detonación de los bíperes ocurrió el 17 de septiembre, causando la muerte de decenas de miembros de Hezbolá y dejando miles de heridos. Esta acción marcó el inicio de una ofensiva israelí que culminó con la invasión al Líbano 10 días después. En los ataques aéreos iniciales murieron la mayoría de los líderes de Hezbolá, incluido Nasrallah. Para finales de noviembre, el grupo terrorista firmó un acuerdo de alto el fuego.
Contexto de los ataques y la respuesta de Israel
Los ataques con cohetes de Hezbolá comenzaron el 8 de octubre del año pasado, al día siguiente de que Hamás perpetrara un ataque masivo en el sur de Israel, dejando 1.200 muertos y 251 rehenes. Estas agresiones desencadenaron la guerra en Gaza y posteriormente la intervención israelí en el Líbano.
El New York Times señaló que, a pesar de las agresiones de Hezbolá, los explosivos en los bíperes no estaban completamente instalados en el momento de la invasión de Hamás. A pesar del consejo de algunos funcionarios de seguridad, incluido el ministro de Defensa, Yoav Gallant, el primer ministro Benjamin Netanyahu decidió centrar la ofensiva militar en Gaza y no en el Líbano.
Para agosto de 2024, el jefe del Mossad, David Barnea, junto con líderes de inteligencia militar, recomendaron una campaña breve para neutralizar las capacidades de Hezbolá. Sin embargo, un descubrimiento realizado el 11 de septiembre de 2024 reveló que varios dispositivos habían sido enviados a Irán, lo que puso en riesgo la operación.
Ante esta amenaza, Netanyahu se reunió con los principales jefes de seguridad el 16 de septiembre para decidir si activar la operación o abandonarla. Finalmente, Israel ejecutó las explosiones estratégicas el 17 de septiembre.
Datos clave sobre la infiltración israelí en Hezbolá
- Israel vendió alrededor de 5.000 bíperes a Hezbolá con trampas explosivas.
- La venta encubierta se gestionó mediante empresas ficticias en Budapest y Sofía.
- Desde 2015, Hezbolá también adquirió 15.000 walkie-talkies con trampas explosivas.
- Las explosiones del 17 de septiembre causaron miles de mutilados y decenas de muertos.
- Israel rastreó los movimientos de los líderes de Hezbolá durante dos décadas, usando micrófonos y dispositivos en misiles.
Eliminación de líderes y el enfoque en Nasrallah
La inteligencia israelí rastreó constantemente a los líderes de Hezbolá, incluyendo al jefe militar Fuad Shukr, quien fue asesinado en julio. Sus movimientos fueron monitoreados minuciosamente, incluyendo su vida personal. Otro líder, Hashem Safieddine, considerado sucesor de Nasrallah, fue eliminado en octubre.
Israel decidió atacar a Nasrallah tras descubrir un plan para trasladarlo a un búnker más seguro. El primer ministro Netanyahu aprobó la operación justo antes de dirigirse a la Asamblea general de la ONU el 27 de septiembre, donde condenó la influencia de Nasrallah en el Líbano.
Según el New York Times, la Casa Blanca no fue informada del ataque para evitar su oposición. Israel confió en que Estados Unidos apoyaría su postura en caso de una represalia iraní.
Nasrallah murió por asfixia junto a un alto general iraní en el Líbano. Fuentes de inteligencia indicaron que el líder terrorista no creía que Israel intentara eliminarlo, suponiendo que no deseaba una guerra total.
El papel de la vigilancia en la estrategia militar israelí
Desde la guerra de 2006, Israel estableció una red de vigilancia sobre Hezbolá, incorporando dispositivos de rastreo en misiles y micrófonos ocultos en los refugios de sus líderes. Esta estrategia permitió recopilar información crítica sobre las capacidades militares y las ubicaciones del grupo.
El seguimiento de Hezbolá incluyó la monitorización de ceremonias telefónicas de matrimonio y otros detalles de los líderes, lo que proporcionó pistas sobre sus movimientos. Estas acciones facilitaron los ataques dirigidos.
Las operaciones encubiertas de Israel, como la venta de dispositivos con trampas explosivas, son parte de un esfuerzo prolongado por debilitar al grupo respaldado por Irán. Estas tácticas han incluido infiltraciones sofisticadas y ataques aéreos precisos.
El informe del Times subraya cómo Israel logró infiltrarse en las filas de Hezbolá, utilizando herramientas tecnológicas avanzadas y estrategias de inteligencia para limitar las amenazas del grupo terrorista contra su seguridad nacional.