Negociado por EE. UU., el cese al fuego detiene ataques iraníes, pero persisten dudas sobre el arsenal de misiles de Teherán tras intensos combates.
Alto el fuego detiene ataques iraníes contra Israel
El martes 24 de junio de 2025, Estados Unidos anunció un alto el fuego entre Irán e Israel, confirmado por la Oficina del primer ministro israelí y medios estatales iraníes. El presidente Donald Trump comunicó la tregua, que puso fin a 12 días de intensos intercambios de misiles. Sin embargo, horas antes de su entrada en vigor, Irán lanzó seis salvas con 20 misiles contra Israel, tras lo cual destruyó un edificio en Beersheba y causó cuatro muertes. Este ataque reflejó un cambio táctico, con bombardeos más pequeños y dirigidos, frente a las descargas masivas de hasta 60 misiles de los primeros días, que buscaban saturar las defensas israelíes.
Durante la guerra, Irán empleó misiles balísticos de medio y largo alcance, como el Ghadr y el Emad, variantes modernizadas del Shahab-3. Estos misiles, con alcances de hasta 1.800 kilómetros, causaron 28 muertes, miles de heridos y daños significativos en infraestructura civil, según el ejército israelí. Aunque el 90% de los misiles fueron interceptados por sistemas como Cúpula de Hierro, Honda de David y Arrow, los impactos exitosos devastaron áreas urbanas. Fabian Hinz, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, señaló que la precisión limitada de estos misiles aún garantiza daños significativos en zonas pobladas.
Israel respondió con ataques aéreos que destruyeron bases de lanzamiento y sitios de producción iraníes, como el complejo Shahrud, tras lo cual afectó la capacidad de Irán para reponer su arsenal. Inicialmente, la inteligencia israelí estimó que Irán poseía 2.000 misiles balísticos, pero tras lanzar cerca de 600 y perder cientos en bombardeos, su reserva se redujo drásticamente. Tal Inbar, experto en misiles, explicó que la fuerza de estos misiles radica en su carga explosiva, capaz de dañar estructuras a cientos de metros del impacto.
El cambio en la estrategia iraní, con ataques más focalizados, sugiere un arsenal menguante. En los últimos días, Irán recurrió a ojivas de submuniciones, como las usadas el 19 de junio contra el centro y sur de Israel. Estas bombas de racimo, que dispersan pequeños explosivos, complican la defensa al multiplicar los objetivos. Un impacto en Azor dañó una vivienda, tras lo cual dejó municiones sin detonar que representan un riesgo continuo.
Datos clave sobre el arsenal de misiles de Irán
- Misiles principales: Ghadr y Emad, con alcances de 1.300 a 1.800 km, derivados del Shahab-3.
- Capacidad destructiva: Cada misil lleva cientos de kg de explosivos, letales en áreas urbanas.
- Intercepciones: Israel neutralizó el 90% de los 600 misiles lanzados, según datos militares.
- Producción afectada: Ataques israelíes destruyeron sitios clave como Shahrud, tras lo cual limitaron la fabricación.
- Submuniciones: Usadas desde el 19 de junio, dispersan bombas pequeñas, difíciles de interceptar.
Impacto de los ataques y capacidad iraní restante
Los misiles iraníes, aunque no incorporan tecnología de punta, siguen siendo letales por su potencia bruta. El Emad, con sistemas de guía terminal, ofrece mayor precisión que sus predecesores, pero su uso intensivo y las pérdidas por ataques israelíes plantean dudas sobre la sostenibilidad del arsenal. Hinz estimó que reponer las reservas podría tomar años, dado que la producción mensual de Irán, previamente calculada en 50 misiles, se vio severamente limitada por la destrucción de infraestructura clave.
Irán también experimentó con misiles de corto alcance, como los usados el lunes contra la base aérea Al Udeid en Qatar, que alberga fuerzas estadounidenses. Este ataque, en represalia por bombardeos de EE. UU. a sitios nucleares iraníes, incluyó seis misiles, aunque no se reportaron impactos ni víctimas. La advertencia previa de Irán a Doha sugiere un intento de evitar una escalada mayor con EE. UU.. Según Hinz, el arsenal de corto alcance de Irán permanece más intacto, con un alcance de 300 a 1.000 km, lo que permite atacar objetivos regionales, incluidas bases aliadas o rutas marítimas como el estrecho de Ormuz.
Las afirmaciones iraníes sobre misiles hipersónicos, como el Fattah-1, carecen de evidencia pública sólida. Inbar señaló que estos sistemas, si existen, no están ampliamente desplegados y no representan una amenaza inmediata. El Fattah-2, un vehículo de planeo hipersónico en desarrollo, aún no ha sido probado, tras lo cual limita su relevancia actual. Incluso si se desplegaran, los sistemas de defensa israelíes y estadounidenses podrían contrarrestarlos.
La guerra aérea expuso tanto las capacidades como las limitaciones de Irán. Mientras sus misiles balísticos demostraron poder destructivo, los ataques israelíes redujeron significativamente su infraestructura de lanzamiento y producción. La introducción de submuniciones y el uso de misiles de corto alcance indican un esfuerzo por maximizar el impacto con recursos menguantes.
Contexto estratégico tras el alto el fuego
El alto el fuego marca una pausa en un conflicto que resaltó la robustez de las defensas israelíes y la capacidad de Irán para proyectar poder a larga distancia. Sin embargo, la destrucción de sitios de producción y el agotamiento del arsenal plantean desafíos a largo plazo para Teherán. La inteligencia israelí y estadounidense continúa monitoreando la capacidad de Irán para reconstruir su arsenal, mientras el país enfrenta sanciones y presión militar.
En el ámbito regional, Irán podría recurrir a sus milicias aliadas en Irak o Yemen para mantener presión sobre Israel o sus aliados, aunque la moderación mostrada en el ataque a Al Udeid sugiere cautela para evitar una guerra total con EE. UU.. El precedente de los hutíes en el mar Rojo, que perturbaron el transporte marítimo tras el 7 de octubre de 2023, muestra el potencial disruptivo de estas fuerzas proxy, pero también los riesgos de una respuesta internacional coordinada.
Israel, por su parte, demostró la eficacia de su defensa antimisiles y su capacidad para neutralizar infraestructura enemiga. Los sistemas Cúpula de Hierro, Honda de David y Arrow interceptaron la mayoría de los misiles, tras lo cual limitaron el daño a pesar de los intensos bombardeos. Los ataques aéreos contra Irán degradaron su capacidad militar.