Desde el secuestro de Shiri, Ariel y Kfir Bibas por terroristas de Hamás en el kibutz Nir Oz el 7 de octubre de 2023, la incertidumbre sobre su destino ha sido una herida abierta. Las imágenes de Shiri, indefensa y aferrada a sus hijos pequeños mientras una multitud armada los rodeaba, quedaron grabadas en la memoria colectiva. También la de Yarden Bibas, sangrando, llevado en una motocicleta por sus captores. Sus padres, Margit Silberman Shnaider y Yosi Silberman, fueron asesinados en la masacre perpetrada en el kibutz esa misma mañana.
La angustia creció cuando, a diferencia de otras madres y niños secuestrados, Shiri y sus hijos no fueron liberados en la tregua de noviembre de 2023. En cambio, Hamás afirmó que habían muerto en un ataque israelí y difundió un video de Yarden llorando al recibir la noticia. Un año después, las FDI divulgaron nuevas imágenes que confirmaban que habían sido trasladados vivos a Gaza, pero poco después advirtieron que la información más reciente sobre su situación era alarmante.
El temor se volvió desesperación cuando, durante el actual alto el fuego para la liberación de rehenes, no figuraron entre los primeros civiles liberados, ni en los grupos siguientes. Hamás incluso comenzó a liberar hombres antes que a ellos. Israel, que protestó por la demora en la liberación de Arbel Yahoud, no mostró la misma insistencia por Shiri y sus hijos, lo que indicaba que las autoridades ya conocían su destino, pero evitaban confirmarlo públicamente.
La cobertura mediática ha oscilado entre la cautela y la omisión, reflejando la dificultad de abordar el tema sin provocar consecuencias imprevisibles. Algunos familiares criticaron la falta de visibilidad sobre su caso, pero el silencio respondía a una duda esencial: ¿insistir en su liberación o asumir lo peor?
La liberación de Yarden el 1 de febrero renovó la esperanza de la familia. «Él pregunta por ellos y yo no tengo respuestas», admitió su hermana Ofri. Consciente del miedo, pero sin certezas, Yarden se aferraba a la posibilidad de que Shiri y los niños siguieran vivos.
El martes, Hamás anunció que entregará tres cuerpos: Shiri, Ariel y Kfir Bibas. Mientras el gobierno israelí notificaba a otras familias sobre la liberación de seis rehenes vivos, los Bibas seguían sin recibir confirmación oficial. Israel aún no ha proporcionado la certeza que la familia necesita y teme al mismo tiempo.
La familia, «conmocionada» por el anuncio, mantiene la esperanza hasta recibir pruebas definitivas. Sin embargo, la verdad parece inminente. El jueves podría traer la confirmación de una tragedia ya intuida: tres vidas inocentes arrebatadas por el terrorismo, cuyos ecos seguirán resonando en la memoria colectiva.