En un mundo en el que los hechos y la realidad deberían conformar nuestras relaciones internacionales, resulta descorazonador observar el inquebrantable apoyo de China a Hamás, una organización designada terrorista islámica responsable de innumerables y horribles actos de violencia y terror contra civiles inocentes.
Los recientes acontecimientos han puesto de manifiesto una preocupante alineación entre Pekín y Hamás, y ya es hora de que la comunidad internacional examine más de cerca las motivaciones y consecuencias de esta relación.
El 7 de octubre de 2023, un bárbaro ataque de Hamás se saldó con la trágica pérdida de vidas israelíes y la toma de rehenes, un acto que mereció la condena universal. Sin embargo, China optó por ponerse del lado de Hamás, tachando la respuesta de Israel de “represalias excesivas”. Esta postura plantea importantes cuestiones sobre los motivos de China y la estrategia subyacente empleada por el Partido Comunista Chino (PCCh).
Una explicación plausible reside en la ambición de China de remodelar el orden mundial. Durante su reciente visita a Rusia, el presidente Xi Jinping esbozó una visión de un orden mundial multipolar que desafía la posición de Estados Unidos como líder global. Esta estrategia se basa en la propaganda, ya que China se presenta constantemente como una fuerza mundial responsable de la paz y la estabilidad, mientras que tacha a Estados Unidos de belicista imperialista.
La visión china de un orden mundial multipolar representa un desafío al orden mundial tradicional liderado por Occidente. Este enfoque pretende reducir el dominio de las potencias occidentales, en particular de Estados Unidos, y elevar el papel de China en la escena mundial.
Los intereses económicos de China en Oriente Medio son fundamentales para entender su postura ante el conflicto entre Israel y Hamás. La región no es solo una fuente de recursos energéticos, sino también un importante socio comercial. China ha realizado grandes inversiones en la región, lo que la convierte en un actor vital en los asuntos de Oriente Medio.
Sin embargo, la postura de China en el conflicto Israel-Hamás debe entenderse dentro de un contexto geopolítico más amplio. China se ha acercado cada vez más a Rusia a medida que se deterioran sus relaciones con los países occidentales. Ambos países han apoyado un alto el fuego en el conflicto entre Israel y Hamás, en consonancia con su objetivo más amplio de reducir la influencia de Estados Unidos en Oriente Medio.
La implicación de China en Oriente Medio va más allá del conflicto entre Israel y Hamás. Ha llevado a cabo una activa labor de mediación entre Israel y los árabes palestinos, con la esperanza de posicionarse como un mediador creíble. China valora sus asociaciones en Oriente Medio, incluidas sus inversiones en Irán, conocidas como la “Experiencia Irán”, y sus estrechos vínculos con Irán. Este compromiso con Irán está impulsado por los intereses económicos de China y la necesidad de recursos energéticos.
Al analizar el papel de China en Oriente Medio, debe tenerse en cuenta el contexto más amplio de su alineamiento con naciones como Rusia en determinados asuntos internacionales. La implicación de China en la región está determinada por sus intereses económicos y geopolíticos, lo que a veces puede llevarla a adoptar posturas que no coincidan con los valores y objetivos occidentales.
En conclusión, la postura de China en el conflicto entre Israel y Hamás debería ser motivo de preocupación en el ámbito internacional. Su reticencia a condenar explícitamente a Hamás, unida a sus ambiciones geopolíticas más amplias, plantea interrogantes sobre sus motivaciones y las consecuencias de sus acciones.
Aunque China se presenta a sí misma como una fuerza mundial responsable en favor de la paz y la estabilidad, su apoyo a Hamás parece obedecer más a intereses estratégicos propios que a una auténtica preocupación por la paz en la región. Esta postura concuerda con los esfuerzos de China por desafiar el orden mundial tradicional liderado por Occidente y reducir la influencia de Estados Unidos en Oriente Medio.
Es crucial que la comunidad internacional reconozca esta alianza por lo que es y se asegure de que son los hechos, y no la propaganda, los que guían las relaciones globales. Las implicaciones del papel de China en el conflicto entre Israel y Hamás van más allá de la crisis inmediata, afectando al equilibrio de poder en la región y a los principios que conforman las relaciones internacionales. La comunidad internacional debe evaluar cuidadosamente el papel que China desempeña en Oriente Medio y su apoyo a organizaciones como Hamás, ya que tiene consecuencias de largo alcance para la estabilidad y la paz mundiales.