El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene una influencia significativa en la próxima etapa de la guerra en Ucrania, pero cómo planea usarla sigue siendo una incógnita.
Trump prometió durante su discurso inaugural del 20 de enero ser un “pacificador” y aseguró durante su campaña que pondría fin rápidamente a la guerra en Ucrania, que ha recibido miles de millones de dólares en ayuda militar de Estados Unidos. Sin embargo, su enfoque más transaccional de la diplomacia ha generado temores de que pueda llegar a un acuerdo con el presidente ruso, Vladímir Putin, a espaldas de Ucrania.
“Existe una preocupación real de que Trump alcance un acuerdo con Putin y luego le diga a Ucrania que debe aceptarlo o que suspenderá la asistencia de Estados Unidos”, comentó Marie Dumoulin, exdiplomática francesa del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
La estrategia del nuevo presidente estadounidense para poner fin a la guerra todavía está tomando forma, pero los analistas consideran que tiene dos caminos principales.
El primero consiste en presionar a Ucrania —que ya enfrenta problemas de falta de personal militar y agotamiento de sus donantes— para que se siente a negociar, reteniendo el apoyo militar clave y forzándola a aceptar un acuerdo de paz en términos desfavorables, algo que tanto Kiev como la mayoría de las capitales occidentales ven como el peor escenario.
El segundo es aumentar la presión sobre Rusia mediante nuevas sanciones y mayor apoyo militar a Ucrania.
“En este momento, todas las opciones siguen sobre la mesa”, afirmó Dumoulin.
¿Trump alcanzará un acuerdo con Putin?
Tanto Putin como el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, han expresado estar abiertos a negociaciones, pero no está claro si Kiev y Moscú están dispuestos a hacer concesiones.
Putin, en un principio, buscaba capturar Kiev e instalar un gobierno afín a Moscú. Además, el Kremlin se mantiene firme en sus exigencias de conservar las áreas ocupadas de Ucrania y limitar el tamaño de su ejército.
Esto ha sido inaceptable para Kiev, que exige la recuperación de su territorio y la retirada total de las fuerzas rusas. No obstante, Zelenski ha señalado que podría estar dispuesto a congelar la guerra en la línea de frente actual a cambio de un camino hacia la membresía en la OTAN.
Trump también busca aprovechar su relación con Putin, a quien anteriormente calificó como un estratega “inteligente”, y ha señalado que planea reunirse cara a cara con el líder ruso. Asimismo, ha pedido al líder chino, Xi Jinping, que desempeñe un papel más importante en la resolución de la guerra. El 21 de enero, Trump dijo a los periodistas que había instado a Xi a involucrarse, señalando que “tiene mucho poder, al igual que nosotros”, para poner fin a la guerra, pero que “no ha hecho mucho al respecto”.
El enfoque de Trump parece incluir el uso de relaciones directas entre líderes como parte de su estrategia. Aunque China se ha mantenido oficialmente neutral, ha sostenido la economía de Rusia y ha apoyado su esfuerzo bélico con un suministro constante de bienes de doble uso. Al mencionar a Xi, Trump parece confiar en que su toque personal podría marcar la diferencia.
“Desde la perspectiva del presidente Trump, no se puede llegar a un acuerdo si no se establece algún tipo de relación y diálogo con la otra parte. Y eso es algo que ciertamente lograremos en los próximos meses”, afirmó Mike Waltz, asesor de seguridad nacional de Trump, el 12 de enero.
Trump volvió a mencionar su relación personal con Putin el 20 de enero, declarando que tiene “una buena relación con él” y que espera que Putin esté dispuesto a llegar a un acuerdo. Sin embargo, también lo criticó, dejando entrever que podría usar tanto incentivos como sanciones para negociar con Moscú.
“Creo que [Putin] está destruyendo a Rusia al no alcanzar un acuerdo”, dijo Trump. “Creo que Rusia estará en serios problemas”.
Oleksandr Motsyk, exembajador de Ucrania en Estados Unidos, declaró a Radio Free Europe/Radio Liberty que Kiev debe estar preparada para una oleada de diplomacia y no sorprenderse ante los contactos entre Moscú y Washington.
“La primera etapa consistirá en que Ucrania hable con Estados Unidos y Rusia haga lo mismo”, explicó. “Luego, Estados Unidos evaluará las posiciones de ambas partes y, con base en ello, podría proponer algunas soluciones”.
¿Qué herramientas tiene Trump?
Sin embargo, a medida que se intensifican los esfuerzos diplomáticos, Trump podría enfrentar dificultades para llevar a Rusia a la mesa de negociaciones.
Los analistas señalan que, a pesar de las grandes pérdidas sufridas por Rusia en el campo de batalla, Putin cree que está ganando en Ucrania y tiene pocos incentivos para ceder.
Esto podría llevar a Trump a ejercer presión mediante medidas como la imposición de sanciones más severas contra la economía rusa.
Antes de dejar el cargo, la administración Biden impuso las sanciones más contundentes hasta la fecha contra el comercio de petróleo ruso por parte de una potencia occidental. Trump podría intentar ampliar esas medidas.
Scott Bessent, nominado de Trump para secretario del Tesoro, afirmó durante su audiencia de confirmación el 16 de enero que apoya “al 100 %” intensificar las sanciones contra los productores de petróleo rusos para obligar a Moscú a negociar, si Trump así lo solicita.
Trump aludió al uso de sanciones cuando habló con periodistas el 21 de enero. Por su parte, el secretario de Estado Marco Rubio comentó en su audiencia de confirmación que las sanciones —tanto su aplicación como su levantamiento— podrían formar parte de las negociaciones para poner fin a la guerra, que ya lleva casi tres años.
Aunque Rubio afirmó que tanto Rusia como Ucrania tendrán que hacer “concesiones” para alcanzar un acuerdo de paz, también destacó que “las sanciones y su levantamiento” serán un elemento clave en esta conversación.
Trump también podría presionar a Putin amenazando con aumentar el apoyo militar a Ucrania y cambiar la dinámica en el campo de batalla.
No obstante, queda por ver si Trump optará por esta vía, especialmente considerando que durante su campaña prometió reducir el apoyo financiero a Ucrania y criticó a la administración Biden en su discurso inaugural por el “financiamiento ilimitado para la defensa de fronteras extranjeras”.
“Rusia nunca ha dado señales de estar dispuesta a comprometerse”, concluyó Dumoulin. “Las principales opciones de Trump son aceptar las condiciones de Moscú o intentar cambiarlas”.