Estados Unidos ha presionado a Israel para que no ataque los sitios nucleares de Irán en los recientes bombardeos contra objetivos militares iraníes. No obstante, esta decisión solo aplaza el desafío que enfrenta Israel sobre cómo lidiar con una amenaza existencial.
De acuerdo con los informes de inteligencia occidental, Irán podría estar a pocos meses, o incluso semanas, de desarrollar armas nucleares operativas. Por lo tanto, tanto Estados Unidos como Israel se encuentran ante una disyuntiva inevitable: lanzar un ataque masivo para frenar el avance nuclear de Irán, o desistir, lo que expondría al mundo al peligro de un régimen iraní con capacidad nuclear.
Para Israel, la decisión parece clara. Desde la revolución de 1979, los líderes de Irán han proclamado repetidamente su intención de destruir lo que llaman el “cáncer israelí” en el mundo musulmán. Durante las últimas décadas, Irán ha invertido grandes recursos en este objetivo, apoyando y armando a diversos ejércitos terroristas que rodean a Israel.
Estos grupos aliados de Irán buscan desatar un nuevo Holocausto en Oriente Medio: Hamás y la Yihad Islámica Palestina operan en el sur, Hezbolá en el norte, mientras que Siria y milicias cercanas están en el noreste, y los hutíes se encuentran al sureste.
En octubre de 2023, Irán intensificó su confrontación con Israel al permitir que miles de terroristas de Hamás atacaran la frontera israelí el 7 de octubre, provocando masacres, violaciones y mutilaciones de civiles israelíes. El día siguiente, Hezbolá lanzó una campaña de bombardeos con misiles y drones que se prolongará por un año, con decenas de miles de ataques dirigidos a comunidades del norte de Israel.
Este conflicto ha desplazado a más de 100,000 israelíes, tanto del norte como del sur, quienes ahora viven como refugiados en su propio país, muchos en hoteles lejos de sus hogares y trabajos. En términos proporcionales, esto equivaldría a 3.7 millones de estadounidenses obligados a dejar sus hogares en las fronteras sur y norte de su país.
Hasta ahora, Israel ha conseguido defenderse eficazmente de estos ejércitos terroristas. Sin embargo, si Irán logra obtener armas nucleares, estos esfuerzos se volverían casi irrelevantes. En 2001, el entonces presidente iraní Hashemi Rafsanjani afirmó que “una bomba nuclear dentro de Israel sería suficiente para destruirlo por completo”.
Prevenir que Irán consiga armas nucleares no es solo un asunto crucial para Israel. Desde 1979, Irán también ha identificado a Estados Unidos, al que llama el “Gran Satán”, como un objetivo de aniquilación, junto con Israel. En cada sesión de la asamblea nacional iraní, es habitual escuchar cánticos de “¡Muerte a América!”.
El arsenal de misiles balísticos de Irán, el mayor de Oriente Medio, tiene la capacidad de alcanzar objetivos en toda la región y en partes de Europa. Un Irán nuclear limitaría drásticamente la capacidad de maniobra de Estados Unidos y sus aliados en la región. Esta situación es similar a la actual aprensión de los países de la OTAN al apoyar a Ucrania frente a una Rusia con armas nucleares.
El poder disuasorio de un Irán nuclear podría desbaratar la entrada de Arabia Saudita en los Acuerdos de Abraham de 2020 y poner en peligro la estabilidad de la paz árabe-israelí.
Las amenazas que representa un Irán con armas nucleares no se detienen ahí. Una gran preocupación es cómo reaccionarán los países vecinos. ¿Confiarán en la diplomacia y las garantías de seguridad de Estados Unidos?
Muchos recuerdan que Ucrania, en 1994, entregó su arsenal nuclear a cambio de garantías de seguridad estadounidenses, con trágicos resultados. Se espera que, si Irán consigue armas nucleares, países como Turquía, Arabia Saudita y Egipto busquen seguir el mismo camino.
Este sería el verdadero resultado de no intervenir contra la capacidad nuclear de Irán: el colapso de la no proliferación nuclear y el inicio de una carrera armamentista en Oriente Medio, lo que podría desembocar en un escenario de proliferación masiva con múltiples regímenes islamistas poseyendo armas nucleares.
Lamentablemente, este desenlace parece cada vez más probable como resultado de la política de presión pública de la administración Biden-Harris, que ha disuadido un ataque aéreo israelí contra las instalaciones nucleares iraníes.
De hecho, la administración está facilitando el progreso de Irán hacia la capacidad nuclear, a pesar de las amenazas genocidas que ha declarado abiertamente, su prolongada guerra en las sombras contra el mundo libre y los peligros irreversibles que implica un Irán nuclear.
El tiempo para prevenir esta catástrofe es limitado. La ventana de oportunidad para actuar está a punto de cerrarse, y el momento para lanzar un ataque es ahora.