El reconocido editor literario, Robert Gottlieb, falleció a los 92 años, dejando un legado significativo en el mundo de la literatura.
Su influencia se extendió a lo largo del siglo XX, siendo responsable de éxitos editoriales como «Catch-22» de Joseph Heller, «El agente del poder» de Robert Caro y «Los elegidos» de Chaim Potok.
Un legado en la cultura literaria
Con una carrera prolífica, Gottlieb dejó una huella profunda en la cultura literaria. Inició como redactor jefe en Simon & Schuster y más tarde se asoció con Knopf Doubleday, antes conocida como Alfred A.
Knopf. Además, ocupó el puesto de director en The New Yorker durante cinco años. Además de su trabajo editorial, incursionó en la escritura y publicó varios libros, muchos de ellos relacionados con su pasión por el ballet.
La colaboración exitosa
El documental «Turn Every Page», dirigido por su hija Lizzie Gottlieb, reveló la relación entre Gottlieb y Robert Caro, ambos judíos neoyorquinos.
Destacó su colaboración en la edición del extenso manuscrito de Caro para «The Power Broker», una aclamada biografía del influyente urbanista Robert Moses. A pesar del desafío de reducir un manuscrito de 1.200 páginas, el libro se convirtió en un éxito de ventas y sigue siendo una referencia importante para periodistas y urbanistas.
Un adiós doloroso
Robert Caro expresó su tristeza por la pérdida de Gottlieb y destacó la profunda amistad que los unía. Agradeció su apoyo incondicional a lo largo de los años y resaltó cómo siempre estuvo presente en los momentos difíciles.
La muerte de Gottlieb afectó personalmente a Caro, quien aún trabajaba con él en el último volumen de su biografía sobre Lyndon Johnson, un proyecto que ahora debe ser asignado a otro editor.
Versatilidad y colaboraciones destacadas
A lo largo de su carrera, Gottlieb demostró su versatilidad al editar obras de destacados autores como Toni Morrison, Doris Lessing, V.S. Naipaul, John le Carré y Michael Crichton.
También fue un impulsor clave en la carrera del escritor canadiense Mordecai Richler y colaboró en la publicación de ensayos de la reconocida guionista, periodista y novelista Nora Ephron.
Una vida dedicada a la literatura
Gottlieb, nacido y criado en Manhattan, obtuvo su licenciatura en la Universidad de Columbia en 1952 y continuó sus estudios en la Universidad de Cambridge. Comenzó su carrera como asistente editorial en Simon & Schuster en 1955, donde descubrió el potencial de la novela satírica de Joseph Heller, «Catch-22».
A pesar de la falta de entusiasmo inicial de otros editores, Gottlieb creyó en la obra y sugirió cambiar su título para evitar confusiones. Esta decisión resultó acertada y el libro se convirtió en un éxito rotundo.
Un legado perdurable
Robert Gottlieb deja un vacío en la industria editorial, pero su legado perdurará a través de las obras que ayudó a publicar y sus innumerables contribuciones a la literatura.
Su habilidad para identificar el potencial de un manuscrito y su enfoque meticuloso y apasionado como editor dejaron una marca imborrable en la cultura literaria del siglo XX.
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