El Dr. Yitzhak (Itzik) Yifat, uno de los tres paracaidistas retratados en la emblemática fotografía de la Guerra de los Seis Días en 1967, murió a los 81 años. Su entierro se llevará a cabo el domingo en su ciudad natal de Ge’a, cerca de Ashkelon, donde residía desde hace varios años.
Yifat fue inmortalizado en una icónica fotografía tomada por David Rubinger, en la que se le ve mirando al Muro Occidental tras la significativa victoria militar de Israel. Esta imagen, que muestra a los paracaidistas admirando el Muro, se ha convertido en un símbolo de la historia de Israel y de la reunificación de Jerusalén. En ese entonces, Yifat tenía 24 años y fue fotografiado junto a los paracaidistas Zion Karasenti y Haim Oshri.
Tras completar su servicio militar, Yifat siguió una carrera en medicina, especializándose en ginecología, y vivió tanto en Kiryat Malachi como en Ge’a. En una entrevista en 2019, Yifat recordó la emoción indescriptible que sintió al llegar al Muro Occidental y cómo pensó en su abuelo, a pesar de no ser religioso. Tocó el Muro, rezó con sus compañeros y colocó sus deseos en las grietas, una tradición que simboliza esperanza y sueños.
Yifat también relató que en 2017, después de la guerra, un vecino le mostró su foto en los periódicos polacos, lo que le impactó profundamente, pues no esperaba el reconocimiento mundial que esa imagen alcanzaría.
Refiriéndose a la fotografía, Yifat mencionó: “Nos convertimos en un símbolo de nuestra fuerza”, aunque también expresó dudas sobre las implicaciones del dominio militar israelí sobre los palestinos, sugiriendo que la imagen podría marcar el inicio de una tragedia para Israel, ya que él se oponía a la idea de gobernar otra nación.
A pesar de sus diferencias políticas, Yifat, Karasenti y Oshri mantuvieron una amistad cercana a lo largo de los años. Karasenti defendió la lucha por el Muro, afirmando que era devolver el corazón del pueblo judío a su tierra. En contraste, Yifat se cuestionaba cómo explicar a sus nietos la continua guerra y los conflictos que persistían.
El legado de Yifat perdura no solo en la famosa fotografía, sino también en su familia. Le sobreviven tres hijas y diez nietos, quienes llevan consigo el recuerdo de su vida y sus experiencias.