Berlín (AP) – Arthur Brauner, de origen polaco, que sobrevivió al Holocausto y se convirtió en uno de los directores alemanes más famosos después de la Segunda Guerra Mundial, falleció el domingo a la edad de 100 años.
La familia de Brauner dijo que murió en Berlín, según la agencia de noticias alemana DPA.
La ministra alemana de Cultura, Mónica Grütters, dijo que Alemania perdió a uno de los productores más importantes de la posguerra, y señaló que la decisión de Brauner de hacer cine en Alemania y apoyar su recuperación democrática fue un “gran regalo para nuestro país”. También rinde homenaje a sus decenios de esfuerzos por recordar a las víctimas del Holocausto.
Brauner ha hecho cientos de películas. Entre ellas hay varias películas de los años 60 sobre el renacimiento de la película criminal Dr. Mabuse y otros éxitos como “Chicas en Uniforme” con Romy Schneider en el papel principal.
Varias de las películas que produjo tenían el tema del Holocausto, entre ellas el “Europa Europa”, ganadora del Globo de Oro de Agnieszka Holland, sobre un niño en la Alemania nazi que se unió a la Juventud de Hitler para tratar de ocultar el hecho de que es judío.
Su película “Babi Yar” en 2003 se basó en la masacre de judíos en Ucrania en 1941 en la que varios familiares de Brauner fueron asesinados. Brauner se mostró decepcionado por la falta de éxito en la distribución de películas en Alemania, afirmando que la prueba “hizo que el público cinematográfico alemán fuera más maduro políticamente” produjo resultados “claramente negativos”.
También participó en la producción de la película “El jardín Finzi-Contini”, una película ambientada en la Italia de Benito Mussolini que ganó el Oscar a la Mejor Película en Lengua Extranjera en 1972.
Como su película más importante, Brauner la llamó Morituri, una película de 1948 sobre un grupo de prisioneros de los campos de concentración que fueron ayudados por un médico polaco a escapar al final de la guerra. En ese momento, la película recibió una respuesta negativa, pero Brauner la llamó “casi la primera película que se centra en las víctimas del nazismo”.
Brauner creía que sus películas más ligeras de la posguerra estaban en consonancia con el gusto del público.
“La gente quería entretenerse después de la terrible guerra, y yo tenía la sensación de satisfacer las necesidades del público”, dijo en una entrevista con el periódico Funke en 2018.
Brauner dijo que no había nadie en el negocio del cine con el que nunca volvería a trabajar, aunque había muchos con los que le gustaría tener otra oportunidad de trabajar, entre ellos el fallecido director Fritz Lang, “si se atiene a mis objetivos presupuestarios”.
En los últimos años, Brauner estaba preocupado por el aumento del populismo de derecha en Europa.
“Solo puedo recomendar a los jóvenes que no caigan en las garras de los populistas de todo el mundo y que se levanten con todas sus fuerzas ante el nacionalismo, el racismo, el antisemitismo y la xenofobia, ahora y no cuando ya sea demasiado tarde”, le dijo a la agencia de noticias DPA en 2018.
La esposa de Brauner, María, con quien se casó en 1947, murió en 2017. Le sobreviven sus cuatro hijos, Fela, Alice, Sammy y Henry.