La reciente oferta de Hamás para liberar al rehén estadounidense-israelí Edan Alexander y los cuerpos de cuatro rehenes con doble nacionalidad se basa en conversaciones previas con el enviado de rehenes de EE. UU., Adam Boehler, según un alto diplomático árabe citado por The Times of Israel.
El comunicado del grupo islamista no detalló la identidad de los cuerpos a entregar, pero el diplomático señaló que corresponden a los estadounidenses-israelíes Itay Chen, Omer Neutra, Gadi Haggai y Judy Weinstein.
A cambio de la entrega de los cinco estadounidenses, Hamás exige la liberación de terroristas palestinos presos, la reanudación del envío de ayuda humanitaria a Gaza y un compromiso israelí para negociar la segunda fase del acuerdo. Israel debe aceptar estos términos antes de discutir los nombres de los terroristas palestinos presos que serían liberados.
Inicialmente, Hamás rechazó esta propuesta en una reunión con Boehler el 4 de marzo. Sin embargo, Israel filtró la existencia del encuentro, lo que provocó tensiones con Washington.
Tanto EE. UU. como Israel parecen haber descartado la oferta de Hamás. Boehler justificó el diálogo con el grupo argumentando que buscaba destrabar las negociaciones, ya que Israel se había negado durante un mes a discutir la segunda fase del acuerdo alcanzado en enero.
El ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, presionó a asesores de Trump para que impidan a Boehler continuar tratando el tema de los rehenes. Sin embargo, un funcionario estadounidense confirmó que el enviado seguirá apoyando a Witkoff en su labor.
Aunque el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, reconoció la labor de Boehler, aclaró que las conversaciones con Hamás fueron excepcionales y que las futuras negociaciones seguirán el canal oficial liderado por Witkoff.
Hoy, Witkoff presentó su propia propuesta de extensión del alto el fuego, alineada con posturas previas de Israel, y descartó la oferta de Hamás por considerarla engañosa. Pese a que Hamás parece ahora aceptar la propuesta de Boehler, la tardía respuesta sugiere que Washington ha endurecido su postura.